" Por su utilidad a los demás, se mide a los hombres" José Martí

Organizan nuevo período académico en Puerto Padre




Un constante ir y venir de maestras y maestros hay en las 113 escuelas de Puerto Padre donde desde la víspera organizan el nuevo período académico, que inicia en todo el país el venidero lunes 6 de septiembre.


Ahora se entregan las matriculas, distribuyen materiales y acondicionan los locales para que cuando las puertas abran a los escolares todo esté garantizado en cada plantel del territorio.
Unos 17 mil estudiantes de la educación general irán a las aulas puertopadrenses la semana próxima y todos tienen asegurada la base material de estudio y personal docente, confirmó a esta redacción digital la master Yuraima Zayas Hernández, directora municipal.


A 1 783 asciende el número de pedagogos que laborarán en el período lectivo 2010-2011, el cual tendrá como máxima prioridad el reordenamiento del sector y ahorro de recursos financieros, energéticos y materiales, a partir de un mejor aprovechamiento de los mismos.


En la primaria se concentra la mayor matrícula del territorio y es en esa enseñanza donde más se refuerza la plantilla con profesionales de experiencia o jubilados que se reincorporan al magisterio.


La apertura de un preuniversitario externo en Vázquez, un seminterno en Delicias y la consolidación del claustro de profesores del urbano de Puerto Padre figuran entre las novedades de la enseñanza media superior.






































































































































Mientras, el pilotaje de especialistas por cada materia en la secundaria básica Salvador Cisneros es junto a la profundización en evaluaciones parciales y finales, así como la preparación de alumnos y familiares para la continuidad de estudios, las mayores atenciones en esa educación.
También la fecha indica que ya en las casas se alistan mochilas y uniformes, las familias investigan sobre los futuros maestros y cooperan en la ambientación de los centros educacionales, porque de lo que no cabe dudas es que en septiembre no hay acontecimiento que involucre a tantos como el inicio del curso.A las 8 de la mañana del 6 de septiembre se abrirán las puestas al conocimiento en las 113 escuelas de la localidad, por eso desde la víspera tiene lugar la preparación del nuevo período lectivo.: Rosa María Ramírez Reyes.
Un constante ir y venir de maestras y maestros hay en las 113 escuelas de Puerto Padre donde desde la víspera organizan el nuevo período académico, que inicia en todo el país el venidero lunes 6 de septiembre.
Ahora se entregan las matriculas, distribuyen materiales y acondicionan los locales para que cuando las puertas abran a los escolares todo esté garantizado en cada plantel del territorio.
Unos 17 mil estudiantes de la educación general irán a las aulas puertopadrenses la semana próxima y todos tienen asegurada la base material de estudio y personal docente, confirmó a esta redacción digital la master Yuraima Zayas Hernández, directora municipal.
A 1 783 asciende el número de pedagogos que laborarán en el período lectivo 2010-2011, el cual tendrá como máxima prioridad el reordenamiento del sector y ahorro de recursos financieros, energéticos y materiales, a partir de un mejor aprovechamiento de los mismos.
En la primaria se concentra la mayor matrícula del territorio y es en esa enseñanza donde más se refuerza la plantilla con profesionales de experiencia o jubilados que se reincorporan al magisterio.
La apertura de un preuniversitario externo en Vázquez, un seminterno en Delicias y la consolidación del claustro de profesores del urbano de Puerto Padre figuran entre las novedades de la enseñanza media superior.
Mientras, el pilotaje de especialistas por cada materia en la secundaria básica Salvador Cisneros es junto a la profundización en evaluaciones parciales y finales, así como la preparación de alumnos y familiares para la continuidad de estudios, las mayores atenciones en esa educación.
También la fecha indica que ya en las casas se alistan mochilas y uniformes, las familias investigan sobre los futuros maestros y cooperan en la ambientación de los centros educacionales, porque de lo que no cabe dudas es que en septiembre no hay acontecimiento que involucre a tantos como el inicio del curso.A las 8 de la mañana del 6 de septiembre se abrirán las puestas al conocimiento en las 113 escuelas de la localidad, por eso desde la víspera tiene lugar la preparación del nuevo período lectivo.

Fidel conversa con Daniel Estulin


“La humanidad debe preservarse para vivir miles de años”Tomado de Cubadebate.
“La humanidad debe preservarse para vivir miles de años”, responde Fidel al escritor ruso Daniel Estulin, autor de la trilogía sobre el Club Bilderberg, de visita en La Habana. Lo dice a propósito de la creencia del visitante de que para resolver muchos de sus problemas, la humanidad deberá emigrar a otros planetas.
Fidel es enfático al afirmar que por más que nos entusiasme la supervivencia en otros espacios del sistema solar, más vale que no perdamos la que está en la Tierra, que es aún la única manera de no perder todo lo demás que está fuera de ella.
A duras penas el ser humano ha llegado a la luna, un satélite inhóspito. Más allá están Júpiter, Marte, Neptuno, Venus y los demás planetas, que es lo mismo que decir polvaredas, hornos incandescentes o hielo. Sobre estas honduras anduvo la conversación del líder de la Revolución con el escritor, un diálogo fascinante, que duró algo más de hora y media, y en la que cada minuto fue de una asombrosa intensidad.
LA SOBREVIVENCIA DE LA ESPECIE HUMANA
“La obligación de todos los seres humanos es asegurarse la sobrevivencia de toda la especie humana. El Club Bilderberg quiere asegurarse exclusivamente de la supervivencia de su especie, una auténtica minoría”, estima Daniel Estulin, después de las presentaciones de rigor.
“Tú escribiste cosas muy bellas de tu abuelo”, le comenta Fidel. “Le quería muchísimo a mi abuelo. Era un hombre muy especial. Fue un médico famoso, cirujano, en Lituania. Mi abuelo era de Crimea y durante la Segunda Guerra Mundial los nazis mataron en un día a 11 hermanos suyos, además de su madre, su padre y su abuelo de 104 años. Imagínese tener una familia numerosa, y al día siguiente ser un huérfano.”
El vivió la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa de 1917, la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial. “En algún momento, en el caos de la Guerra, perdió la pista de su familia. Una madre y tres niños de ocho, cinco y tres años de edad, que fueron capturados por los nazis, enviados a un campo de concentración y exterminados”, recuerda.
Estulin le cuenta a Fidel en detalle la historia de su familia, que emigró en la década de 1980 a Canadá -en ese país se produce el reencuentro con el abuelo-, de su peregrinaje por varios países del mundo, de su esposa sevillana. Vive en España desde hace 17 años. Aunque él nació en Lituania, su identidad es rusa, como su idioma materno.
Al Comandante le impresiona la fluidez con que habla el español. “Escribo en inglés, por comodidad. Porque casi todos los editores hablan ese idioma. Mis libros están en más de 50 países. Me han dicho que usted lee en inglés…”
“El español con trabajo…”, responde Fidel, sonriendo. Pero lee muchos textos escritos originalmente en inglés, traducidos al castellano. Le comenta, por ejemplo, Lincoln: “Una biografía, escrita por el escritor norteamericano Gore Vidal. Es increíble cómo un hombre puede reconstruir todo el ambiente de aquella época y compararlo con lo que es hoy.”
BASES MILITARES EN AMÉRICA LATINA
“A Chávez le hacen la guerra porque, contra viento y marea, Venezuela sigue siendo de los pocos países del mundo donde no hay bases militares norteamericanas. Y a Cuba la odian por la misma razón: su independencia. En Cuba no pueden destruir el concepto ‘estado-nación’, a mi juicio el más importante en los últimos 600 años”, afirma Estulin.
“Te faltó Ecuador, que tenía una base en Manta por diez años y lograron retirarla. En muchos otros países hay bases. En cuestión de horas ponen tropas en cualquier nación”, reacciona Fidel. “Como si fueran McDonalds”, ironiza Estulin.
“En cuanto a bases directas, tienen la de Guantánamo, la de las Malvinas… Y en los demás no las tienen en apariencias, pero en la realidad sí. Hacen prácticas y ejercicios. En Venezuela no las tienen. Colombia es un país convertido en base. En Honduras, las tienen. En Costa Rica, no las tienen, pero sí 40 barcos con portaaviones y portahelicópteros, ayudando ‘noblemente’ a la lucha contra la droga. Es de un cinismo total…”, añade Fidel.
Para Estulin la próxima elección en Venezuela es crucial. No son dos tendencias ideológicas exclusivamente las que se enfrentan en las urnas. Fuentes vinculadas al Departamento de Estado de los Estados Unidos, le han asegurado que, tras la satanización de Hugo Chávez y el proceso bolivariano, hay un proyecto de instalación de bases militares en ese país, que se hace imposible con la política soberana y latinoamericanista del líder venezolano.
La charla se extendió sobre ese tema y los desafíos de la nueva Asamblea Nacional que nacerá de las elecciones del 26 de septiembre, a la que regresa una oposición que ha perdido entrenamiento en el ejercicio de legislar por los años en que se mantuvo fuera de ella en el intento de boicotear el poder bolivariano.
Chávez, quien acaba de estar en La Habana, es optimista, aseguró Fidel, y trabaja en el proceso de paz con Colombia, sin descansar. “Duerme un poco de día y trabaja toda la noche.”
Pero el mundo que Fidel está visualizando -y lo dice- no es este, de las contiendas electorales. “Mi opinión es que el Imperio va a caer. Si hay guerra, cae todo el mundo. La lucha nuestra es porque no haya guerra, pero no a cualquier precio. No se trata de poner condiciones. La guerra no ocurrirá si alguien no aprieta el gatillo, ahora en manos de Obama, que no es guerrerista. Como dice el periodista israelita Jeffrey Goldberg, analizando a Bush: ‘no espero que Obama sea más Bush que Bush’”.
AL QAEDA
Comentan la cadena de atentados que tuvieron lugar este miércoles en Iraq. Mataron 62 personas, el mismo día en que oficialmente salieron las tropas norteamericanas de Bagdad. “¿Quién domina ahí? - se pregunta Fidel-. Está también la situación en Afganistán; hay cosas muy interesantes que se asocian a lo que tú cuentas de Bali -el ataque contra un club nocturno en el 2002-. Le atribuyeron a Al Qaeda la tutoría de aquel atentado. Al Qaeda es otro misterio que está diluyéndose.”
El Comandante en Jefe asegura que siempre tuvo grandes suspicacias con Al Qaeda y Bin Laden. “Cada vez que Bush iba a meter miedo y a pronunciar el gran discurso, aparecía Bin Laden haciendo la historia de lo que iba a hacer y amenazando. Nunca le faltó a Bush el apoyo de Bin Laden. Parecía un cuadro, y quien demostró que efectivamente era un agente de la CIA fue Wikileaks. Lo demostró con documentos.”
Estulin comenta que funcionarios de alto nivel norteamericano y de servicios de inteligencia de otros países han reconocido que la última vez que se escuchó la voz de Bin Laden fue el 21 de diciembre de 2001. “A partir de esa fecha, desaparece. A partir de esa fecha lo sustituyeron por un actor malo, que se viste como él, pero ni se le parece”.
RUSIA EN LA MIRA
Otra vez, como en su conferencia de la víspera ante colegas locales, Estulin retomó el centro de la tesis de sus denuncias: “El objetivo de los Bilderbergs es destrozar a Rusia como potencia militar y a China como potencia económica.” Y agradeció nuevamente a Fidel la inclusión de fragmentos de sus textos en sus Reflexiones más recientes, porque dijo: “lo que Usted dice ellos no pueden silenciarlo.” “No siempre fue así”, aclaró el líder de la Revolución.
El periodista advirtió que los suprapoderes mundiales están conscientes de que el único estado capaz de enfrentar militarmente a los Estados Unidos y destruirlo es Rusia e insistió en que existe un tercer plan “Barbarroja” -como se conoció la invasión nazi a la URSS- contra la Rusia actual.
El escritor ruso reitera que el objetivo final de todo este montaje, incluida la posible guerra nuclear, es destruir a Rusia, el gran enemigo militar de los Estados Unidos. “Rusia tiene potencia para borrar de la faz de la tierra a los EEUU, tiene armas mucho más potentes que lo que pueda tener ahora mismo el arsenal norteamericano. Por ejemplo, el P-700 Granito, un misil balístico intercontinental con una cabeza nuclear de 500 kilotones. Se lanza desde un submarino. Vuela a una velocidad de 2 983 km/h. No hay nada en el mundo más rápido. El avión más veloz de EEUU vuela a unos 2 600 km/h.”
“De eso no se ha hablado”, comenta Fidel. “Le temen muchísimo -dice Estulin-. De hecho el submarino nuclear Kursk -hundido en el Mar de Barens el 12 de agosto de 2000-, llevaba estas armas”.
Ese es un elemento a tener en cuenta para considerar que “mi país, Rusia, es el enemigo militar número uno de Estados Unidos. Ahora mismo están construyendo en Afganistán 13 bases, supersecretas, y cada una de estas es más grande que cualquier otra base americana en el mundo, y ya son más de 700. No la construyen para atacar a Irán, sino el flanco sur de Rusia”.
Estulin tiene información documentada sobre las armas estratégicas que apuntan contra su país, los planes en Afganistán, los antecedentes históricos, el derrumbe de la URSS. Fidel lo escucha con suma atención: “Acumular más de 25 000 armas nucleares -dice-, no es de gente cuerda. Todo esto me pasaba por la mente mientras hablabas, y me preguntaba en qué va a parar todo esto. Era exactamente lo que quería intercambiar contigo. He dedicado mucho tiempo a leer y a recoger información. Dedicamos todo el tiempo a informarnos, mientras los que toman decisiones que pueden decidir la vida de millones de personas, están desinformados.”
LAS MINIBOMBAS ATÓMICAS
La historia de las armas atómicas de formato pequeño datan de finales de los 50 o principio de los 60 del siglo pasado, con un uso pacífico. “Los ingenieros -relata Estulin-, cuando querían abrir un paso a través de una montaña para construir un túnel, por ejemplo, se dieron cuenta de que no había suficiente cantidad de dinamita que pudiera hacerlo. Entonces comenzaron a utilizar la energía atómica controlada. La industria militar se dio cuenta de que también serviría para matar a la gente. De ahí salieron las armas de tercera y cuarta generación.”
Algunas de estas armas pueden ser del tamaño de una pelota de béisbol. Pero hay dos formas de construir una bomba atómica: con uranio o con plutonio. La diferencia es la masa crítica: la de uranio necesita por lo menos unos 50 a 52 kilos de masa crítica, mientras que la de plutonio es de mucho menos. La bomba de Hiroshima fue de uranio, y la de Nagasaki, de plutonio.
Según Estulin, los terroristas nunca han tenido acceso a bombas de uranio, porque “desde 1945 no hemos visto una explosión como la de Hiroshima. Los terroristas no tienen la tecnología para producir las minibombas nucleares. Sólo pueden hacerlo Estados Unidos, Rusia, Francia e Israel”.
EN LA SIERRA MAESTRA
Las bombas que tiraban los aviones de Batista, recuerda Fidel, eran a veces de 500 kilogramos, y abrían un gran hueco, pero no destruían muchas casas. “Caían, se enterraban y explotaban”, añade Fidel. “En el caso de las bombas atómicas, el hongo y el fuego son dos señales inconfundibles que las acompañan. Yo no recuerdo en la Sierra Maestra que esto haya ocurrido.”
Destruía, sin lugar a dudas, pero no en esas dimensiones apocalípticas de la bomba nuclear. “Una vez nos tiraron dos de 500 kg, y yo las fui a ver: había dañado un poco más de media hectárea, pero nada de candela. Nosotros estábamos como a 100 metros del lugar donde bombardearon. Sabían más o menos dónde estábamos, porque teníamos la tropa enemiga rodeada. No hubo nunca fuego. ¡Y nos tiraron bombas! Era lo primero que teníamos, a los 20 minutos de comenzar cualquier combate.”
El Ejército de Batista utilizaba bastante bien aquellas armas, porque Estados Unidos lo había entrenado. “Usaban B-26, y también un tipo de avión caza con 8 ametralladoras y tenían algunos Jet, tres en total, dos de ellos los utilizamos después para defendernos durante el ataque mercenario de Playa Girón (1961). Estos Jet los manejaron pilotos que estaban presos por negarse a cumplir órdenes de Batista y habían sido juzgados y sancionados por eso.”
El Comandante en Jefe relata cómo toda la dinamita que utilizó el Ejército Rebelde en la guerra era de las bombas que no estallaban. “Nuestra gente aprendió a escarbar y sacarlas. Hacíamos minas de contacto, con una pilita de linterna… A veces poníamos 20 kilogramos de TNT, y poníamos boca arriba un tanque ligero; a los pesados podían destruirlos”.
Los recuerdos del Comandante viajaron a los métodos de lucha del Ejército Rebelde, basados en el respeto a la dignidad, el trato humano a los prisioneros, la ética en el enfrentamiento a un adversario que carecía totalmente de ese valor. “Ningún soldado se rinde si sabe que lo van a matar. Lo más sencillo del mundo para nosotros fue inutilizar a un ejército entrenado por los yanquis, que llegó a ser considerado invencible.”
Sin abandonar el tema, Fidel preguntó a Estulin con qué argumento respondía a quienes le impugnan sus investigaciones, específicamente en cuanto al efecto de las radiaciones allí donde supuestamente se habrían realizado explosiones de mini bombas nucleares.
Según el periodista, hasta en el lenguaje de quienes escriben sobre las explosiones se pueden encontrar la señales de que se produjeron éstas, aunque se oculten las evidencias más conocidas como puede ser el efecto de las radiaciones sobre las personas afectadas a corto, mediano o largo plazo.
“¿A quién le interesaría, por ejemplo, la explosión de Oklahoma?”, insistió Fidel. La respuesta del escritor lo llevó a retomar intereses más allá de la propia presidencia norteamericana a la que, dijo, no llega nadie que no haya sido aprobado por ellos.
Estulin cree que los planes de la élite mundial son exterminar los sobrantes humanos en un planeta cuya población crece a un ritmo superior a su disponibilidad de recursos en muchas regiones.
Fidel solo acotó: “La Humanidad tendrá que resolver la energía renovable…” y luego de comentar el drama provocado por los incendios forestales en Rusia recomendó al periodista ver el documental “Home”, centrado en los desafíos de la supervivencia humana.
LA LUCHA ES POR ESTE PLANETA
Estulin se pregunta si la humanidad podría estar dentro de 50 ó 100 mil años en este planeta. Para él a respuesta es: No. “Seremos demasiada gente. La única alternativa es que a través del progreso y el desarrollo colonizaremos la Luna, Marte, el espacio y nos aseguraremos de los miles de millones de humanos sobrevivan, y esto es para mí la inmortalidad.”
“Es correcto lo que dices del progreso humano -responde Fidel-, pero, a mi juicio, la vida se va a desenvolver aquí, en este planeta. En Marte, en la Luna y en el resto de los planetas del Sistema Solar, no hay atmósfera. Tu teoría es absolutamente correcta en el sentido de que la humanidad debe preservarse para vivir miles de años, gracias al progreso.”
Pero hay que luchar contra las fuerzas que impiden ese progreso. Y Fidel pone un ejemplo: “Desde que comenzó la vida en este planeta, añade, se calculan que fue hacer alrededor de 4 000 millones de años. El petróleo comenzó a formarse hace más o menos 400 millones de años. El hombre está gastando en menos de 200 años el petróleo acumulado en más de 400 millones años… La atmósfera no resiste ese consumo.”
Estoy de acuerdo, reacciona Estulin. “Creo que debemos luchar todos tanto como Fidel porque sobreviva la especie…” añade. Muchas personas, dice el escritor, creen que hemos llegado al punto de no retorno, y que hay que parar en seco. “Los peligros son muy grandes”, añade Fidel.
Estulin le obsequia sus libros al Comandante y le escribe en la dedicatoria: “Ganaremos la guerra cuando el poder del amor supere el amor al poder”. Fidel la lee en silencio y dice en voz alta: “Ganaremos la guerra no librándola”.

Beny siempre Beny


Por: Rosa María Ramírez Reyes.
Cuántos han tarareado alguna que otra vez una de esas piezas que inmortalizaron a Benny Moré, cuántos al compás de su música han revelado sentimientos intensos hacia otros u otras? Para los puertopadrenses la excelsa figura del cantautor cubano es recordada siempre.
Augusto Hynes, cuando solo era un niño, aprendió de memoria canciones del Bárbaro del Rtimo, como se le conoce además a Benny, y en más de una oportunidad aquellos estribillos sirvieron para enamorar en años mozos; evoca esa etapa con el regocijo de haber acudido a la histórica presentación del artista en esta ciudad a principios de la década de 1960.
Asimismo Carlos, un prestigioso profesor universitario de la localidad rememora su juventud y habla de los amoríos de entonces, los cuales despertaba con solo citar fragmentos de los boleros Oh, vida, Que te hace pensar, Hoy como ayer… interpretados magistralmente por Maximiliano Bartolomé Moré
Juana y Miriam también consiguieron a través de la radio de la época escuchar a Benny y disfrutar de las melodías; ellas aprecian su quehacer artístico como extraordinario, y al referirse a él lo hacen gozosas de la música que legó a la cultura cubana.
Otro puertopadrense, Carlos Celorrio Cardet, recuerda a este hombre con el orgullo de haber compartido personalmete con él, fue en unos carnavales allá por el 57 o 58 en un club social en Victoria de Las Tunas, los amigos de Vázquez con los que andaba le dijeron que cantaba y él me invitó a la tarima y allí alternamos, claro él era Benny y yo un guajiro atrevido nada más, pero los más impactante para mí fue cuando un ayudante del alcalde Payé fueron porque este le había mandado a buscar para que le cantara y Benny le respondió un no rotundo porque ya él estaba con su gente, además de buen músico, un cubano humilde.
Testigos de su presentación en el teatro del pueblo villazulino, en los pimeros años de la década del sesenta coinciden que entre la multitud Benny levantó su bastón y arrancó la orquesta a tocar, fue un gran espectáculo aquel, casi todas las personas que estaban allí coreaban al unísono las antológicas piezas y bailaban sin parar imagínate ese famoso solo se conocía en vitrolas o la radio y la tv y no todos podían acceder, revelael viejo Paco entusiasmado al recordar esa época en la que tendría unos veinte años.
Las primeras difusiones de la música de Benny Moré en Puerto Padre fueron a través de los traganíqueles que habían en bares como el del Cinclair, El Bambi, Hotel Plaza Club, El café Parque y otras cantinas de la región Puerto Padre en las décadas del 30 al 60 en el siglo pasado.
No solo son personas de edad avanzada quienes mantienen viva en Puerto Padre la música de Benny, también las nuevas generaciones saben valorar la calidad de cada composición e interpretación y le tienen como musa mágica para preservar por los siglos de los siglos. El 24 de agosto de 1919 nació este cubano digno, que supo muy bien expresar a través de diferentes géneros musicales los más sublimes sentimientos.
Más de 200 piezas interpretó, muchas de su autoría y otras de excelentes compositores del país.
Su talento fue el artífice para alcanzar la fama entre las agrupaciones musicales en las cuales cantó y para crear su propia banda, a pesar de los obstáculos impuestos por el origen, la raza y la vida misma.
A los noventa y un años de su nacimiento sigue vivo haciéndonos tararear estribillos, y dar pasitos para inquirir luego ¡que bueno baila usted! Y es que siempre estará Benny en el recuerdo de los puertopadrenses y cubanos todos defensores de lo autóctono.

Estoy listo para seguir discutiendo


Tomado de Cubadebate.
Observaba hace dos días a Vanessa Davies en su programa "Contragolpe" del canal 8, Venezolana de Televisión. Dialogaba y multiplicaba sus preguntas a Basem Tajeldine, venezolano inteligente y honesto que transpiraba nobleza en su rostro. En el momento en que encendí el televisor se abordaba mi tesis de que sólo Obama podía detener el desastre.De inmediato, a la mente del historiador venía la idea del inconmensurable poder que se le atribuía. Y es así, sin duda alguna. Pero estamos pensando en dos poderes distintos.El poder político real en Estados Unidos lo ostenta la poderosa oligarquía de los multimillonarios, que gobiernan no sólo a ese país sino también al mundo: el gigantesco poder del Club Bilderberg que describe Daniel Estulin, creado por los Rockefeller, y la Comisión Trilateral.El aparato militar de Estados Unidos con sus organismos de seguridad, es mucho más poderoso que Barack Obama, Presidente de Estados Unidos. Él no creó ese aparato, ni tampoco el aparato lo creó a él. Fueron las excepcionales circunstancias de la crisis económica y la guerra los factores principales que llevaron a un descendiente del sector más discriminado de Estados Unidos, dotado de cultura e inteligencia, al cargo que ocupa.¿En qué radica el poder de Obama en este momento? ¿Por qué yo afirmo que la guerra o la paz dependerán de él? Ojalá el intercambio entre la periodista y el historiador sirva para ilustrar el asunto.Lo diré de otra forma: la famosa maletica con las claves y el botón para lanzar una bomba nuclear surgió con motivo de la terrible decisión que esto implicaba, el carácter devastador del arma, y la necesidad de no perder una fracción de minuto. Kennedy y Jruschov pasaron por esa experiencia, y Cuba estuvo a punto de ser el primer blanco de un ataque masivo con tales armas.Todavía recuerdo la angustia reflejada en las preguntas que Kennedy le indicó hacerme al periodista francés Jean Daniel, cuando supo que vendría a Cuba y se reuniría conmigo. "¿Castro sabe lo cerca que estuvimos de una guerra mundial?". Le indicó regresar de nuevo a Washington para conversar con él. Es una historia que se conoce bien.Resultaba tan interesante el tema que lo invité a salir de La Habana, y estábamos abordando el asunto avanzada ya la mañana, en una casa próxima al mar de la famosa playa de Varadero.Nadie tuvo que contarnos nada, porque de inmediato me avisaron del atentado y sintonizamos una radioemisora de Estados Unidos. En ese mismo instante se informaba que varios disparos habían herido de muerte al Presidente de Estados Unidos.Manos mercenarias habían llevado a cabo el homicidio.Para la derecha de Estados Unidos, incluyendo los mercenarios de la CIA que desembarcaron en Girón, no era lo suficientemente enérgico con Cuba.Ha transcurrido desde entonces casi medio siglo. El mundo cambió, mucho más de 20 mil armas nucleares fueron desarrolladas, su poder destructor equivale a casi 450 mil veces el de la que destruyó la ciudad de Hiroshima. Cualquiera tiene derecho a preguntarse: ¿para qué sirve el maletín nuclear? ¿Puede acaso un Presidente dirigir algo tan sofisticado y complejo como una guerra nuclear? Tal maletín es algo tan simbólico como el bastón de mando, que se mantiene en manos del Presidente como pura ficción.El único hecho significativo es que en Estados Unidos hay una Constitución, la cual establece que sólo existe una persona en el país que puede dar la orden de iniciar una guerra, lo cual es ahora más importante que nunca, ya que una guerra nuclear mundial puede desatarse en un minuto y durar tal vez un día.Entonces puedo hacer varias preguntas. ¿Puede alguien más que no sea el Presidente dar la orden de iniciar una guerra? ¿Necesitó otra facultad el propio Kennedy para atacar Girón y después desatarla en Vietnam? ¿Johnson para escalarla? ¿Nixon para bombardear demoledoramente ese país? ¿Reagan para invadir Granada? ¿Bush padre para atacar el 20 de diciembre 1989 las ciudades de Panamá, Colón, demoler el barrio pobre de El Chorrillo, y matar allí millares de personas pobres? ¿La necesitó Clinton para atacar Serbia y crear Kosovo? ¿Bush hijo para la atroz invasión de Irak? Menciono por su orden solo varias de las fechorías más conocidas del imperio. Obama hasta hoy no ha hecho más que recibir la herencia.El viejo pensamiento no se adapta fácilmente a las nuevas realidades.Pues bien. He planteado la idea, no de que Obama sea poderoso o superpoderoso; él prefiere jugar básquet o pronunciar discursos; le han otorgado además el Premio Nobel de la Paz. Michael Moore lo exhortó a que ahora se lo ganara. Tal vez nunca nadie se imaginó, y él menos que nadie, la idea de que en esta etapa final del año 2010, si acata las instrucciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, a lo que tal vez lo exhorte con firmeza un surcoreano llamado Ban Ki-moon, será responsable de la desaparición de la especie humana.Estoy listo para seguir discutiendo sobre el tema.


Fidel Castro RuzAgosto 22 de 2010

Historia viva de la mujer puertopadrense


Por: Rosa María Ramírez Reyes.
Esperancita Freijoso Sánchez no anda creyendo en los años y mucho menos en achaques de la edad, para dar energías a la organización femenina, esa que según ella es su vida misma, por eso revela con ferviente pasión el nacimiento de la Federación de Mujeres Cubanas en Puerto Padre.
Tras esa historia me le acerqué un buen día y descubrí un caudal enorme en su prodigiosa memoria; no hay un detalle de aquellos días que ella haya olvidado, de ahí que siempre tiene presente a las viejas compañeras Paula Labrada, Matilde Miranda y Lidia Jareño, quienes estuvieron en esas andanzas de fraguar la FMC en la localidad.
Desborda entusiasmo esta puertopadrense al narrar sobre aquellos días después del 23 de agosto de 1960, cuando se fundó la FMC por Fidel Castro y Vilma Espín.
Esperancita busca en las fotografías, que guarda con celo, de esa época la complicidad necesaria para dar fe de todo cuanto dice y sonríe pícara al reconocerse una joven hacedora, valiente y muy firme en los pasos.
Tendría unos treinta años por ese entonces en el que decidí consagrarme a la obra nueva de la mujer en Puerto Padre, revelay asegura sentir satisfacción por lo hecho a lo largo de estos 50 años.
Andábamos por ahí buscando manejadoras y domésticas para prepararlas y formarlas como educadoras de círculos infantiles, costureras,... en fin mujeres útiles a la sociedad.
Su casa es escenario de reuniones, fiestas y conmemoraciones, y ella como anfitriona aprovecha los encuentros para hablar de la organización y de las bondades del proceso revolucionario en el cual se involucró desde los tiempos del movimiento 26 de julio.
Esperancita asesora a las nuevas dirigentes femeninas y les regala su sabia para asegurarse de que aquella semillita cultivada 50 años atrás siga extendiendo sus ramas y raíces como justo símbolo de continuidad.
Me hace muy felíz cuando vienen de la dirección municipal para conversar, saber de mi salud o invitarme a alguna actividad, mira, me dicegozosa, estuve en el cine Iremú el día 19 en la conmemoración provincial por el 23 de agosto, Gismy, la secretaria general, me vino a buscar y allí estuve entre tantas federadas buenas que ahora tengo más motivaciones para hoy celebrar.
Aprendí a ser mejor persona de los contactos con las mujeres en la base, de las movilizaciones permanentes a la recogida de algodón, de frijoles o café, y de todos estos años, porque yo amo a la federación, a Fidel y a Vilma, esa luchadora a quien conocí y de la que reservo hermosos recuerdos.
Entre sus hermosas plantas Esperancita me confesó saberse muy privilegiada por la vida, pues con ochenta años estoy activa en la organización, no necesito de bastones, y me queda mucho por hacer.
Esperancita Freijoso es historia viva de la Federación de Mujeres Cubanas, en Puerto Padre.

Réquien por el Gordo


El que me lea hoy pensará que mi actualización es vieja, sin embargo para los colegas del gordo esta nunca será una información vieja, siempre lo tendremos presente en nuestros corazones. Lo conocí cuando apenas ambos teníamos 15 años, allá en los campos del norteño Municipio Jesús Menéndez, fuimos desde entonces verdaderos amigos.

Agradezco a Miguel todo este relato y por lo que representa para mi, decidi publicarlo en mi blog.


Miguel Díaz Nápoles
El pasado domingo 15 de agosto he tenido un día terriblemente triste, y me he puesto nervioso cuando en el programa de debate Primer Día, que conduzco en Radio Victoria, le hemos rendido un pequeño homenaje al amigo y colega Alexis Pérez Sánchez, el Gordo, quien se despidió de la vida el sábado sin avisar, víctima de un ataque cardíaco.
Alexis fue uno de los panelistas de Primer Día en los últimos años. Cada domingo, desde las 8:00 de la mañana, comenzábamos a hacer la prueba de mesa sobre el debate de turno, y formábamos nuestras buenas discusiones, porque él era de los que defienden sus criterios hasta el final.
Alexis, con sus 58 años, en una de sus imágenes más recientes (Foto: Yaciel de la Peña/Agencia Cubana de Noticias)
Es difícil, en extremo, aceptar que Alexis ya no está, que no me llame, que no nos veamos en la Casa de la Prensa, o que nos estrechemos las manos cada domingo en la mañana. Hoy, mientras llegaba a la emisora, me parecía que, como siempre, me estaría esperando para meterse conmigo después del saludo.
Hace más de 20 días tuvo un dolor en el pecho y lo ingresaron en la sala de terapia intensiva del servicio de Cardiología del hospital provincial Ernesto Guevara, en la oriental ciudad de Las Tunas, donde vivo. A los tres días lo pasaron para Intermedia y fui a verlo, y conversamos largo rato de la vida, pero sobre todo de nuestra apasionante profesión, y en sus ansias estaba el regresar lo más rápidamente posible al programa, porque como periodista era de los que ejercen el criterio todos los días.
Dos días después, pensando que le habían dado de alta, lo llamé a la casa y el hijo me dijo que estaba en Intensiva, porque había sufrido un infarto, pero aun así, en estado grave, tuve la certeza de que no iba a morir, y en efecto, rebasó su dolencia y nuevamente en la sala de Intermedia, me comunicaron que lo llevarían al Cardiocentro de la ciudad de Santa Clara, en el centro de Cuba, y como no pude ir a verlo el día antes lo llamé por teléfono y con mucho optimismo me contó que estaba bien, tranquilo, confiado, que lo llevarían para hacerle una coronografía y ver la conducta a seguir y de paso limpiarle una de válvulas del corazón. "Sé que voy a ir y a regresar bien porque mis dos pequeños nietos son mi vida y me inspiran vivir", me dijo. Entonces le di ánimo y le dije que me iba con él, a lo que me respondió: "Y yo a ti te llevo en el corazón".
Tres o cuatro días después llamé a Elbita, su esposa, para preguntarle que si le habían hecho la prueba y con alegría me dijo que todo había salido bien, que regresaba ese mismo sábado por la tarde, y cuando lo llamé por la noche estaba contento y quedamos de vernos al otro día.
El domingo pasado, día 8, después de terminar Primer Día fui a su casa, y luego del abrazo lo primero que me preguntó fue por el tema tratado, por los detalles y hablamos por un buen rato, y me contó de la esmerada atención en el Cardiocentro santaclareño, de la excelencia de la medicina cubana, del alta recibida, de su vida normal después de un descanso y de regresar a Primer Día, lo más rápidamente posible, lo que en verdad nos hacía -nos hace- una falta tremenda.
Durante la semana hablamos dos veces creo, y el viernes por la noche, el Gordo andaba por Facebook, y al ver unas fotos que su amigo Yaciel había publicado de la pequeña y preciosa hija de Yaimara Cruz, otra de nuestras panelistas, Alexis le escribió a Yaimara lo que quizás fuera lo último que hizo en la red social: "Linda, muy linda... Debes prepararla para Primer Día. Beso a las dos..." ¡Era obsesión lo que tenía con Primer Día, porque se sentía realizado denunciando lo mal hecho!
Yo me fui a la cama después de ver una película, y extrañamente me desperté por la madrugada, sin precisar la hora, cuando generalmente duermo la noche entera hasta que suena el despertador automático del teléfono, pero volví a tomar el sueño y el teléfono sonó aún de noche.
Como estoy de vacaciones y era sábado no había puesto el despertador, por lo que, al despertarme, enseguida pensé en eso (tengo la costumbre de que cuando suena el despertador a las 5:30 de la mañana descuelgo el auricular y lo cuelgo inmediatamente) por lo que me di cuenta de que era una llamada y una llamada por la madrugada casi siempre supone una mala noticia. Contesté con el corazón en la mano, y conocí la voz de Gerardo, el jefe de Información del semanario 26, quien me preguntó: "Migue, ¿estás despierto?", para decirme a rajatabla: "Alexis acaba de fallecer".
Fue como si me hubiesen dado corriente en el cuerpo. ¿Cómo era posible si Alexis estaba bien? No, no era verdad, tenía que haber una equivocación, pero Gerardo me confirmó que por lo que le habían dicho había tenido un ataque cardíaco y que todavía estaba en el hospital.
Eran las 5:00 de la mañana, y enseguida llegaron otras llamadas de amigos para confirmar la cruda realidad: el Gordo se había despedido de la vida sin avisar y después supimos que había sido por una descompensación súbita de la diabetes que le provocó el paro cardíaco.
Así, de esa forma absurda, triste, cruel, Alexis se nos iba, con sus 58 años de entusiasmo y entereza, en medio de tantos planes, de tantos sueños, de tantas metas personales y profesionales.
Así, se fue mi amigo de más de 20 años, con quien discutía en lo profesional y algunas veces en lo personal, pero a quien me unía una hermandad inquebrantable, porque el carismático Gordo era irremediablemente bueno, servicial, amigo leal.
Y termino este triste relato con lo mismo que dije esta mañana en Primer Día: "No porque te hayas ido tu voz se apagará; por el contrario, siempre estará con nosotros en las discusiones francas, en el debate sobre los temas que preocupan a la población".

Mella y Baliño en la historia de la Patria cubana


Por: Carlos Velázquez Hernández.
Hay hechos y acontecimientos que por su relevancia y trascendencia marcan una página de la historia y la pujanza de los hombres dispuestos a escribirla pasan a través de ésta a distintas generaciones de cubanos.
La constitución del Primer Partido Comunista de Cuba con ideas marxistas leninistas el 16 de agosto de 1925, no era un hecho fortuito, las agrupaciones comunistas constituidas en varias regiones de la geografía cubana consideraron existían las condiciones para la creación del Partido y aún cuando sólo 17 personas participaron en el evento se cumplieron los objetivos propuestos ante una férrea persecución del gobierno de Gerardo Machado.
El Congreso duró dos días y celebró 5 sesiones, dejando al final elegido un Comité Central integrado por 9 miembros, se adoptó un programa para la acción, aprobaron los estatutos y la afiliación del Partido a la Internacional comunista.
A pesar que la región oriental no estuvo representada en el Congreso por carecer de recursos económicos, en todo el Oriente cubano se efectuaron actos y mítines de apoyo al Partido, al Comité Central y al plan de acción aprobado para la lucha, así como el repudio al gobierno corrupto de Machado.
Dos figuras sobresalieron de manera ejemplar en todo el trabajo organizativo del Congreso constituyente, el obrero tabacalero Carlos Baliño, viejo marxista amante de la independencia de Cuba y el dirigente estudiantil Julio Antonio Mella, que no tardaría en convertirse en líder descollante del movimiento antiimperialista de América Latina. Ambos pusieron la voluntad y las ideas progresistas y revolucionarias por lo que estarán siempre presentes en la historia de la patria cubana.Las ideas primero de José Martí con la creación del Partido Revolucionario Cubano y después de Julio Antonio Mella y Carlos Baliño fueron retomadas por el Compañero Fidel Castro en la constitución del Partido Comunista de Cuba que desde su creación en 1962 es la vanguardia del Proletariado cubano.

Reclamos por la Paz universal


 
Por: Elízabeth Silva Rodríguez.

Las sagradas escrituras expresan: “... ay de los que en sus camas piensan iniquidad y maquinan el mal, y cuando llega la mañana lo ejecutan, porque tienen el poder.” 

Muchos en el mundo tienen ese poder en sus manos y desde sus lechos elaboran planes que materializan para expoliar a los hombres y matar gente humilde; de esa forma expresan su odio a la humanidad, a la identidad de los pueblos, al progreso social. 

Guerras absurdas e injustas, amenazan al mundo en pleno siglo XXI. Poblaciones civiles serán arrasadas poniendo el mundo ante un verdadero holocausto. 

¿Hasta cuándo políticas irracionales imperarán en el mundo?

El señor Obama, puede impedir el estallido de una guerra nuclear, al convencerse que la paz es la garantía del futuro no solo para los pueblos hoy en conflicto sino para todos los países del mundo.

Si esos gobernantes se forman en preceptos religiosos, amantes de Dios, ¿cómo permiten amenazar con una guerra nuclear, que sería el fin de la humanidad y el exterminio de la especie humana?

Fidel Castro en varias de sus reflexiones ha alertado de las nefastas consecuencias que traerían para todas y todos una confrontación bélica entre potencias desarrolladoras de armas nucleares.

De ahí la urgencia en mover la opinión pública universal en pos de frenar la guerra y la necesaria unidad de mujeres y hombres del mundo, creyentes o no, partidarios de diferentes ideologías y posiciones políticas, para alzar voces, y en una sola oración evitar muertes, destrucción y calamidades; 

La encomienda tiene también entre sus fines impedir la pérdida de las culturas de los pueblos y posibilitar que prevalezca el amor a la humanidad, al progreso y a la paz. 

El Marxismo, al igual que la Biblia, nos enseña el amor al prójimo, la sensibilidad humana y la solidaridad entre los hombres.

Haced bien y no mires a quien, reza un proverbio bíblico, entonces de buena fe, pongámoslo en práctica.

Reflexiones del Compañero Fidel



Israel no atacará primero


Los ex oficiales CIA Phil Giraldi y Larry Johnson; W. Patrick Lang, de las Fuerzas Especiales de la Agencia de Inteligencia de la Defensa; Ray McGovern, de la Agencia de Inteligencia de la Armada y de la CIA, y otros ex altos oficiales con largos años de servicio, tienen razón cuando advierten a Obama que el Primer Ministro de Israel tiene proyectado un ataque sorpresa con la idea de obligar a Estados Unidos a la guerra contra Irán.Pero con la Resolución 1929 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Israel logró que Estados Unidos se comprometiera a ser el primero en atacar.Después de eso, Netanyahu no se atrevería a ser el primero en hacerlo, ya que una acción de este tipo lo enfrentaría a todas las potencias nucleares y él no es estúpido.Entre todos los enemigos de Irán han creado una situación absurda. A Obama no le quedaría otra alternativa que ordenar la muerte de cientos de millones de personas inocentes, y los tripulantes de sus naves de guerra en las proximidades de Irán serían de los primeros en morir y él no es un asesino.Es lo que pienso sin temor a estar equivocado.Lo peor que puede ocurrir es que alguien cometiera un error funesto que precipitara los acontecimientos antes de que venza el plazo del Consejo de Seguridad para inspeccionar el primer mercante iraní.Pero no hay razón para ser tan pesimista.

Revelación de un goce pleno


Por: Rosa Maria Ramírez Reyes .


Es el hospital Guillermo Domínguez López, de Puerto Padre, un día cualquiera; el escenario específico: salones de parto; protagonistas: profesionales hacendosos, gestantes y familias; los hechos: un equipo especializado aguarda por ese vital primer llanto de una criatura, cuando se produce todos sonríen y entonces hay revelación de goce pleno porque vino a este mundo un nuevo puertopadrense o chaparrero.
Historias que son muy comunes se experimentan a diario entre neonatólogos, ginecoobstetras, enfermeros y demás personal encargado del alumbramiento en la institución villazulina, mas, ese instante siempre es singular por las atenciones que demanda cada caso.
En el presente calendario estos especialistas le dieron la bienvenida a cerca de 500 infantes, de los cuales solo se lamenta el deceso de uno solo, evidenciándose que en el empeño es además decisivo el control y seguimiento a las gestantes y menores en sus zonas de residencia por intermedio de los médicos y enfermeros de la familia.
Asimismo cuenta la labor de profesionales del Centro de Genética Médica, fundado en 2006, quienes alertan de manera temprana anomalías que pueden poner en peligro la vida de los pequeñines en formación.
La tasa de mortalidad infantil en menores de un año hoy en 2,08 es una de las más bajas de la provincia y se mantiene inferior a la de similar etapa del 2009, (4,2). Números que cuando se comparan con los de naciones desarrolladas se subraya la voluntad política y gubernamental en Cuba de avanzar cada vez más en calidad de la salud pública, a pesar del férreo bloqueo económico y comercial.
En cuanto a la natalidad refieren las estadísticas 25 nacimientos menos que en el calendario pasado.
La llegada se produce en el hospital Guillermo Domínguez López, pero, en el pediátrico Raymundo Castro Morales se desafían enfermedades y devuelve la alegría, también en las tres policlínicas de las áreas de salud donde especialistas interconsultan para acercar los servicios a madres y recién nacidos. Es pretensión de todas y todos los que intervienen en el programa materno infantil, en Puerto Padre concluir el año con una tasa menor a 2 por cada mil nacidos vivos para lo cual chequean de manera permanente a las gestantes, con más énfasis a las de riesgos por hipertensión arterial, causa principal de los 15 bajos de peso de enero a hoy, y otras afecciones.

Mensaje de Fidel a la Asamblea Nacional.


Primera Sesión Extraordinaria de la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, efectuada en el Palacio de Convenciones, el 7 de agosto de 2010, “Año 52 de la Revolución”.
(Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado)


Mensaje a la Asamblea Nacional leído por el compañero Fidel:

Al principio, hace sólo ocho semanas, pensé que el peligro inminente de guerra no tenía solución posible. Tan dramático era el cuadro que tenía delante, que no veía otra salida como no fuera una supervivencia, tal vez probable, en la parte de este hemisferio que no tenía motivo para ser blanco de ataque directo y en algunas regiones aisladas del planeta.
Era muy difícil, sabiendo que el ser humano se aferra siempre a una perspectiva por remota que sea.
A pesar de todo, lo intenté.
Por fortuna, no tardé mucho en percatarme de que había una esperanza, y muy profunda por cierto. Más, si la oportunidad se perdía, el desastre adquiría la peor de las consecuencias. La especie humana no tendría entonces salvación posible.
Tengo sin embargo la seguridad de que no será así y, por el contrario, se están creando en estos momentos las condiciones para una situación ni siquiera soñada hasta hace muy poco.
Un hombre tendrá que tomar la decisión en solitario: el Presidente de Estados Unidos. Con seguridad, por sus múltiples ocupaciones, no se ha dado cuenta todavía, pero sus asesores sí empiezan a comprenderlo, se puede ver por pasos sencillos como lo fue el cese de las torturas a Gerardo, un hecho que no se había producido en 12 años de implacable odio del sistema contra Cuba y contra él. Hoy se podría predecir que el próximo paso será la autorización a Adriana para visitarlo, o su liberación inmediata, o ambas cosas. Por ella supe que su estado de ánimo es el mejor en 12 años de injusta y cruel prisión.
Puesto que Irán no cederá un ápice frente a las exigencias de Estados Unidos e Israel, que ya han movilizado varios de los medios de guerra que disponen para hacerlo, tendrían que realizar el ataque tan pronto venza la fecha acordada por el Consejo de Seguridad el 9 de junio del 2010, señalando las normas y los requisitos establecidos.
Todo cuanto el hombre pretende tiene un límite que no puede sobrepasar.
En este caso crítico, el Presidente Barack Obama es el que tendría que dar la orden del tan anunciado y pregonado ataque, siguiendo las normas del gigantesco imperio.
Mas, en ese mismo instante en que diera la orden, que es además la única que podría dar debido al poder, la velocidad y el incontable número de proyectiles nucleares acumulados en una absurda competencia entre las potencias, estaría ordenando la muerte instantánea no sólo de cientos de millones de personas, entre ellas, un incalculable número de habitantes de su propia Patria, sino también de los tripulantes de todos los navíos de la flota de Estados Unidos en los mares en torno a Irán. Simultáneamente, la conflagración estallaría en el Cercano y el Lejano Oriente, y en toda Eurasia.
Quiso el azar que, en ese instante preciso, el Presidente de Estados Unidos sea un descendiente de africano y de blanco, de mahometano y cristiano. ¡¡¡NO LA DARÁ!!!, si se logra que tome conciencia de ello. Es lo que estamos haciendo aquí.
Los líderes de los países más poderosos del mundo, aliados o adversarios, con excepción de Israel, lo exhortarían a que no lo haga.
El mundo le rendirá después todos los honores que le correspondan.
El orden actual establecido en el planeta no podrá perdurar, e inevitablemente se derrumbará de inmediato.
Las llamadas divisas convertibles perderán su valor como instrumento del sistema que ha impuesto un aporte de riquezas, de sudor y sacrificios sin límites a los pueblos.
Nuevas formas de distribución de los bienes y servicios, educación y dirección de los procesos sociales surgirán pacíficamente, pero si la guerra estallara, el orden social vigente desaparecerá abruptamente y el precio sería infinitamente mayor.
 La población del planeta puede ser regulada; los recursos no renovables, preservados; el cambio climático, evitado; el trabajo útil de todos los seres humanos, garantizado; los enfermos, asistidos; los conocimientos esenciales, la cultura y la ciencia al servicio del hombre, asegurados. Los niños, los adolescentes y los jóvenes del mundo no perecerán en ese holocausto nuclear.
Es lo que deseaba trasmitirles, queridos compañeros de nuestra Asamblea Nacional. 
Estoy ahora en disposición de rendir cuenta por estas palabras, responder a las preguntas que deseen hacerme y escuchar las opiniones de ustedes.
Muchas gracias (Aplausos).

Los Cinco Héroes.


NUESTROS CINCO COMPATRIOTAS VOLVERAN

Una artista hecha mujer




La joven Zoila María González Parra, egresada de la Academia provincial de Artes Plásticas, ha presentado importantes obras en la exposición personal que durante este mes tiene lugar en la galería José Martínez Ochoa, de Puerto Padre.


De pensamiento profundo, con solo 19 años la artista regala a través de 7 lienzos una gama de inquietudes y sentimientos que al decir de ella es todo cuanto hay dentro de sí misma: la luz y la oscuridad como fenómenos que simbolizan sueños, alegrías, tristezas,…fantasmas y verdades.
La muestra es la recopilación de trabajos concebidos para la tesis de grado y de otros hechos para cuando se diera la oportunidad, señala la autora, quien una vez se creyó periodista, sicóloga, siquiatra, pero al final venció el arte.


Entrar a la Academia, en Las Tunas fue la señal más importante en mi vida porque algo iluminaba el provenir, había nacido para ser artista, cuenta esta muchacha de Vázquez, región a unos 20 kilómetros de la cabecera municipal.


En su primera presentación individual, denominada Exorcismo en galería de Puerto Padre, recibe opiniones favorables de especialistas y puertopadrenses conocedores de la plástica, también del público.


Para Yandi Sánchez Vidal, director de la sede, la obra de Zoila está marcada por el estilo surrealista, con apego a Flora Fong, Cosme Proenza, y otros cubanos exponentes de esa forma; ella saca toda su espiritualidad y logra que los espectadores la encuentren en cada retrato, fundamenta un discurso serio, conceptual, característico de un artista experimentado, indica.


Zoila María desafía las miradas de su público y se entrega tal cual, es una semilla de artista virtuosa que promete caminos y nuevas exhibiciones en la galería puertopadrense y otros sitios de la región.

La autobiografía de Fidel en “La victoria estratégica”


 
 Tomado de Cubadebate


En exclusiva para Cubadebate, publicamos el ensayo autobiográfico que inicia “La victoria estratégica”, el libro del Comandante en Jefe Fidel Castro. La obra fue presenta este lunes por su autor en La Habana, ante un auditorio encabezado por un grupo de guerrilleros que lo acompañaron en la Sierra Maestra.

Introducción
Dudé sobre el nombre que le pondría a esta narración, no sabía si llamarla “La última ofensiva de Batista” o “Cómo 300 derrotaron a 10 000″, que parece un cuento de Las mil y una noches. Me veo obligado, por ello, a incluir una pequeña autobiografía de la primera etapa de mi vida, sin la cual no se comprendería su sentido. No deseaba esperar que se publicaran un día las respuestas a incontables preguntas que me hicieran sobre la niñez, la adolescencia y la juventud, etapas que me convirtieron en revolucionario y combatiente armado.

Nací el 13 de agosto de 1926. El asalto al cuartel Moncada de Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1953, se produjo tres años después que me gradué en la Universidad de La Habana. Fue nuestro primer enfrentamiento militar con el Ejército de Cuba, al servicio de la tiranía del general Fulgencio Batista.

La institución armada en Cuba, creada por los Estados Unidos después de su intervención en la isla durante la segunda Guerra de Independencia, iniciada por José Martí en 1895, era un instrumento de las empresas norteamericanas, y la alta burguesía cubana.

La gran crisis económica desatada en los Estados Unidos, durante los primeros años de la década de 1930, implicó altos niveles de sacrificio para nuestro país, al que los acuerdos comerciales impuestos por aquella potencia hicieron totalmente dependiente de los productos de su industria y de su agricultura desarrolladas. La capacidad adquisitiva del azúcar se había reducido casi a cero. No éramos independientes ni teníamos derecho al desarrollo. Difícilmente podían darse peores condiciones en un país de América Latina.

A medida que el poder del imperio crecía hasta convertirse en la más poderosa potencia mundial, hacer una Revolución en Cuba se tornaba una tarea bien difícil. Unos pocos hombres fuimos capaces de soñarla, pero nadie podría atribuirse méritos individuales en una proeza que fue mezcla de ideas, hechos y sacrificios de muchas personas, a lo largo de muchos años, en muchas partes del mundo.

Con esos ingredientes se pudo conquistar la independencia plena de Cuba, y una revolución social que ha resistido con honor más de 50 años de agresiones y el bloqueo de los Estados Unidos.

En mi caso concreto, sin duda por puro azar, a esta altura de la vida puedo ofrecer testimonio de hechos que, si tiene algún valor para las nuevas generaciones, se debe al esfuerzo de investigadores rigurosos y serios, cuyo trabajo durante decenas de años, reunió datos que me ayudaron a reconstruir gran parte del contenido de este libro, al que decidí poner el título La Victoria Estratégica.

Las circunstancias que me llevaron a tales acciones bélicas las guardo imborrablemente en mi mente. No deja de ser satisfactorio para mí recordarlas, porque de otra forma no me explicaría por qué llegué a las convicciones que al fin y al cabo determinaron el curso de mi existencia.

No nací político, aunque desde muy niño observé hechos que, grabados en mi mente, me ayudaron a comprender las realidades del mundo.

En mi Birán natal, solo había dos instalaciones que no pertenecían a mi familia: el telégrafo y la escuelita pública. Allí me sentaban en la primera fila porque no había, ni podía haber, algo parecido a un círculo infantil. Forzosamente aprendí a leer y a escribir. En el año 1933, cuando no había cumplido todavía siete años, la maestra, que no recibía siquiera el sueldo que le debía el gobierno, pretextando la hipotética inteligencia del niño, me llevó para Santiago de Cuba, donde residía su familia, en una vivienda pobre y casi sin muebles, que se filtraba por todas partes cuando llovía. En aquella ciudad, no me enviaron siquiera a una escuela pública como la de Birán.

Después de muchos meses sin recibir clases, ni hacer algo como no fuera escuchar en un viejo piano la práctica de solfeo de la hermana de la maestra, profesora de música sin empleo; aprendí a sumar, restar, multiplicar y dividir, gracias a las tablas impresas en el forro rojo de una libreta que me entregaron para practicar la caligrafía, y que nadie dictó ni revisó nunca.

En la vieja casa donde inicialmente me albergaron, de una cantina que llevaban una vez al día, nos alimentábamos siete personas, entre ellas, la hermana y el padre de la maestra. Conocí el hambre creyendo que era apetito, con la punta de uno de los dientes del pequeño tenedor pescaba el último granito de arroz, y con hilo de coser arreglaba mis propios zapatos.

Al frente de la modesta casa de madera donde vivíamos, un Instituto de Bachillerato permanecía ocupado por el Ejército; vi soldados golpeando con las culatas de sus fusiles a otras personas. Podría escribir un libro con aquellos recuerdos. Fue la institución infantil a donde me condujo aquella humilde maestra, en una sociedad en la que el dinero reinaba de forma absoluta.

Mi familia había sido engañada, y yo ni siquiera podía percatarme de aquella situación; el engaño me hizo perder tiempo, pero me enseñó mucho sobre los factores que la determinaron. Después de varios episodios, cumplidos los ocho años, fui matriculado en enero de 1935 en el primer grado de una escuela de los Hermanos La Salle, muy próxima a la primera catedral que los conquistadores españoles habían erigido en Cuba. Otro rico y nuevo aprendizaje comenzaba.

Ingresé en aquella escuela como alumno externo, residía en una nueva vivienda, muy próximo a la mencionada anteriormente, a donde se mudó la profesora de música, hermana de la maestra de Birán. Llegamos a ser tres hermanos los que vivíamos con aquella familia: Angelita, Ramón y yo, por cada uno de los cuales se pagaba una pensión. El padre de ellas había muerto el año anterior. Ya no existía hambre física, aunque seguí todavía un tiempo obligado a repasar hasta el cansancio las conocidas reglas aritméticas. Aún así, yo estaba harto de aquella casa y me rebelé de manera consciente por primera vez en mi vida; rehusé comer algunos vegetales desabridos que a veces me imponían y rompí todas las normas de educación formal, sagradas en aquella casa de familia de exquisita cultura francesa, adquirida en la propia Santiago de Cuba. En la familia se había insertado el cónsul de Haití, por la vía del matrimonio. Pero tan insoportable se volvió mi rebelión que me enviaron de cabeza como interno a la escuela. Me habían amenazado con eso más de una vez para imponerme disciplina; no sabían que era precisamente lo que yo quería. Lo que para otros niños era duro, para mí significaba la libertad. ¡Si nunca me llevaron ni siquiera a un cine! Disfrutaría de las delicias de un alumno interno. Fue el primer premio que recibí en mi vida. Estaba feliz.

Mis problemas desde entonces serían otros. Había llegado a Santiago con dos años de adelanto, y entré a la escuela de los Hermanos La Salle con unos de retraso. Cursé fácilmente el primero y segundo grados. Aquel centro era una maravilla. Como norma íbamos a Birán tres veces al año: Navidad, Semana Santa y vacaciones de verano, donde Ramón y yo éramos totalmente libres.

Del tercer grado en la escuela La Salle pasé al quinto como premio por mis notas, así recuperé el tiempo perdido. Durante el primer trimestre todo iba bien: buenas notas y excelentes relaciones con los nuevos compañeros de clases. Recibía el boletín blanco que se daba cada semana a los alumnos por conducta correcta, con los problemas normales de cualquier discípulo. Sucedió entonces un percance con uno de los miembros de la congregación, inspector de los alumnos internos.

La escuela disponía de un amplio terreno al otro lado de la bahía de Santiago, llamado Renté. Era un lugar de retiro y descanso de la congregación. Allí llevaban a los alumnos internos los jueves y domingos, días en que no se realizaba actividad escolar. Había un buen campo deportivo. Además, hacía deportes, nadaba, pescaba, exploraba. No lejos de la entrada de la bahía se observaban los rastros de la Batalla Naval de Santiago, en forma de grandes proyectiles que adornaban la entrada de las edificaciones. Un domingo después del regreso, tuve un pleito intrascendente con otro de los alumnos internos cuando viajábamos en la lancha El Cateto, de Renté al muelle de Santiago. Apenas llegamos a la escuela terminamos de zanjarlo; debido a ello, aquel autoritario hermano de la orden religiosa me golpeó en la cara con las manos abiertas y con toda la fuerza de sus brazos. Era una persona joven y fuerte. Quedé aturdido, con los golpes zumbándome en los oídos. Antes, me había llamado aparte, ya casi de noche. No me dejó siquiera explicar. En el largo corredor por donde me llevó nadie nos veía. Transcurridas dos o tres semanas, intentó de nuevo humillarme con un pequeño coscorrón en la cabeza por hablar en filas. En esa segunda ocasión yo iba entre los primeros al salir del desayuno porque los discípulos tratábamos siempre de ocupar un primer lugar en las filas, para jugar con pelotas de goma, un rato antes de las clases. Un pan con mantequilla que llevaba en la mano, otra costumbre de los alumnos cuando salíamos del comedor después de ingerir precipitadamente los primeros alimentos del día, se lo lancé al rostro al inspector, y luego lo embestí con manos y pies de tal forma, delante de los alumnos internos y externos, que su autoridad y sus métodos abusivos quedaron muy desprestigiados. Fue un hecho que se recordó en esa escuela durante bastante tiempo.

Yo tenía entonces 11 años, y me acuerdo bien de sus nombres. No deseo, sin embargo, repetirlos. De él no supe nada, desde hace más de 70 años. No le guardo rencor. Del alumno que motivó el incidente, conocí muchos años después del triunfo revolucionario, que mantuvo una conducta intachable y seria.

Sin embargo, el hecho tuvo consecuencias para mí. El incidente había ocurrido semanas antes de la Navidad, en que tendríamos dos semanas y media de vacaciones. Él seguía como inspector, y yo como alumno; ambos nos ignorábamos totalmente. Por elemental dignidad mi conducta fue intachable. Al venir nuestros padres a buscarnos, evidentemente citados por ellos, les ocultaron la verdad, acusaron a mis dos hermanos y a mí de pésimo comportamiento. “Sus tres hijos, son los tres bandidos más grandes que pasaron por esta escuela”, le dijeron a mi padre. Lo supe por lo que contó entristecido a otros agricultores amigos que a fines de año lo visitaban. Raúl tenía apenas seis años, Ramón siempre se caracterizó por su bondad, y yo no era un bandido.

Trabajo me costó que me enviaran de nuevo a Santiago para estudiar; Ramón y Raúl, que nada tenían que ver con el problema, permanecieron el resto de ese curso en Birán. Me matricularon en enero de 1938 como alumno externo en el Colegio Dolores, regido por la Orden de los Jesuitas, mucho más exigente y rigurosa en materia de estudios, pero más de clase alta y rica que su rival de los Hermanos La Salle.

En esta ocasión me tocó residir en la casa de un comerciante español amigo de mi padre; allí, desde luego, no pasé ningún tipo de penuria material, pero en aquella casa, donde residí hasta finalizar el quinto grado, era un extraño.

Al inicio del verano, Angelita, la hermana mayor, llegó también a esa casa con el propósito de preparar su ingreso en el bachillerato. Para darle clases se contrató a una profesora negra, quien se guiaba por un enorme libro donde estaba el contenido de la materia a impartir para el examen de ingreso. Yo asistía a sus clases. Era la mejor profesora y, quizás, una de las mejores personas que conocí en mi vida. Se le ocurrió la idea de que estudiara a la vez el material de ingreso y el primer año del bachillerato, con el fin de examinarme tan pronto alcanzara la edad pertinente para el ingreso en el bachillerato, un año después. Despertó en mí un enorme interés por el estudio. Habría sido la única razón por la que estaba dispuesto a soportar la casa del comerciante español en ese período vacacional, tras finalizar el quinto grado como externo en Dolores.

Enfermé a fines de ese verano, y estuve ingresado alrededor de tres meses en el hospital de la Colonia Española de Santiago de Cuba. No hubo vacaciones de verano ese año. En aquel hospital mutualista, por dos pesos mensuales, equivalentes a dos dólares, una persona tenía derecho a los servicios médicos. Muy pocos, sin embargo, podían cubrir ese gasto. Me habían operado del apéndice, y a los 10 días la herida externa se infestó. Hubo que olvidarse de los planes de estudio concebidos por la profesora. A fines de ese mismo año, 1938, los tres hermanos nos volvimos a reunir, como alumnos internos en el Colegio Dolores.

En el sexto grado, con varias semanas de clases perdidas, debí esforzarme para ponerme al día. Una etapa nueva se iniciaba. Profundizaba los conocimientos en Geografía, Astronomía, Aritmética, Historia, Gramática e Inglés.

Se me ocurrió escribirle una carta al presidente de los Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, que con su silla de ruedas, su tono de voz y su rostro amable despertaba mis simpatías. Gran expectación, una mañana las autoridades en la escuela anunciaron el gran suceso: “Fidel se cartea con el presidente de los Estados Unidos”.

Roosevelt había respondido mi carta. Eso creíamos. Lo que llegó fue realmente una comunicación de la embajada informando que la habían recibido, dando las gracias. ¡Qué gran hombre, ya teníamos un amigo: el presidente de los Estados Unidos! A pesar de todo lo que aprendí después, y tal vez por ello, pienso que Franklin Delano Roosevelt, quien luchó contra la adversidad personal y adoptó una posición correcta frente al fascismo, no era capaz de ordenar el asesinato de un adversario, y por lo que se conoce de él, es muy probable que no hubiese lanzado las bombas atómicas contra dos ciudades indefensas de Japón ni desatado la Guerra Fría, dos hechos absolutamente innecesarios y torpes.

En aquel colegio de la rancia burguesía en la provincia mayor y más oriental de Cuba, había más rigor académico y disciplina que en La Salle. Eran jesuitas, casi en su totalidad de origen español, ungidos como sacerdotes en una etapa avanzada de su formación, en la que debían ejercer como miembros de la Orden en alguna tarea o responsabilidad. El prefecto de la escuela era el Padre García, un hombre recto, pero amable y accesible que compartía con los alumnos.

Mis vacaciones, mientras transité desde el primer grado de primaria hasta el último de bachillerato, fueron siempre en Birán, zona de llanos, mesetas y alturas de hasta casi 1 000 metros, bosques naturales, pinares, corrientes y pozas de agua; allí conocí de cerca la naturaleza, y fui libre de los controles que me imponían en las escuelas, las casas de las familias donde me alojé en Santiago o en la mía de Birán; aunque siempre defendido por mi madre y con la tutela tolerante de mi padre, a medida que era ya estudiante con más de seis grados, y por ello disfrutaba de creciente prestigio en la familia.

Pero este no es el lugar para hablar del tema, solo el mínimo indispensable para comprender el asunto que abordo en este libro.

Del Colegio Dolores, yo mismo tomé la decisión de trasladarme al Colegio Belén, en la capital de Cuba. Allí, a la inversa de lo que ocurrió en el Colegio La Salle de Santiago de Cuba, el responsable más directo de los alumnos internos -más de 100-, el Padre Llorente, no era una persona autoritaria, y lejos de ser un enemigo se convirtió en un amigo. Español de nacimiento, como casi todos los jesuitas de aquel colegio, estaba en la etapa previa a la investidura como sacerdote. Un hermano suyo, mayor que él, ejercía el sacerdocio entre los esquimales de Alaska, y bajo el título de En el país de los eternos hielos, escribía narraciones sobre la vida, las costumbres y las actividades de aquel pueblo indoamericano en una naturaleza virgen, que a los alumnos nos llenaba de asombro.

Llorente había sido sanitario en la Guerra Civil Española; él contaba la dramática historia de los prisioneros fusilados al concluir aquella contienda. Su tarea, junto a otros que hacían la misma función, era certificar que estaban muertos antes de proceder a darles sepultura. El Padre Llorente no hablaba de política, ni recuerdo haberlo escuchado nunca opinar sobre el tema. Era un jesuita orgulloso de su orden religiosa. Estimulaba las actividades que ponían a prueba el espíritu de sacrificio y el carácter de sus alumnos. Ambos estuvimos planificando una cacería de cocodrilos en la Ciénaga de Zapata, donde había miles de ellos; y en 1945, durante las últimas vacaciones de verano, organizamos un plan para escalar el Turquino. La goleta que debía llevarnos por mar, desde Santiago de Cuba hasta Ocujal, no pudo arrancar en toda la noche y no había otro camino. Hubo que suspender el plan. Recuerdo que llevaba una de las escopetas automáticas calibre 12 que tomé de mi casa. ¡Cómo me habría ayudado más tarde aquella excursión cuando me convertí en combatiente guerrillero, cuyo reducto principal radicaba precisamente en esa zona!

Al graduarme de bachiller en Letras, a los 18 años, era deportista, explorador, escalador de montañas, bastante aficionado a las armas -cuyo uso aprendí con las de mi padre-, y buen estudiante de las materias impartidas en el colegio donde estudiaba.

Me designaron el mejor atleta de la escuela el año que me gradué, y jefe de los exploradores con el más alto grado otorgado allí. Mi madre se sintió complacida con los aplausos de todos los asistentes aquella noche de la graduación. Por primera vez en su vida se había confeccionado un traje de gala para ir a una ceremonia. Ella fue una de las personas que más me ayudó en el propósito de estudiar.

En el anuario de la escuela, correspondiente al curso en que me gradué, aparece una foto mía con las siguientes palabras:


Fidel Castro (1942-1945). Se distinguió en todas las asignaturas relacionadas con las letras. Excelencia y congregante, fue un verdadero atleta, defendiendo siempre con valor y orgullo la bandera del colegio. Ha sabido ganarse la admiración y el cariño de todos. Cursará la carrera de Derecho y no dudamos que llenará con páginas brillantes el libro de su vida. Fidel tiene madera y no faltará el artista.


En realidad, debo decir que yo era mejor en Matemática que en Gramática. La encontraba más lógica, más exacta. Estudié Derecho porque discutía mucho, y todos afirmaban que yo iba a ser abogado. No tuve orientación vocacional.

El hecho real es que las escuelas de élite lanzaban a la calle oleadas de bachilleres carentes de conocimientos políticos elementales. Sobre un tema fundamental como la historia de la humanidad, nos narraban en primer lugar las consabidas aventuras bélicas de nuestra especie, desde la época de los persas hasta la Segunda Guerra Mundial, historias que tanto cautivan a niños y jóvenes varones.

El negocio de la producción y venta de juguetes de guerra hoy día es casi tan grande como el comercio de armas. Del sistema social que conduce a tales locuras y a las propias guerras no se nos enseñó una palabra.

Nos ilustraban sobre la historia de Grecia y Roma, pero civilizaciones tan antiguas como las de India y China, apenas se mencionaban, como no fuese para contarnos las aventuras bélicas de Alejandro Magno y los viajes de Marco Polo. Sin ambos países, hoy resulta imposible escribir la historia. No podría siquiera soñarse que nos hablaran entonces de las civilizaciones maya y aimara-quechua, del colonialismo y del imperialismo.

Cuando me gradué de bachiller en Letras, no existía más que una universidad, la de La Habana, a ella íbamos a parar los estudiantes con nuestra ausencia de conoci­mientos políticos. Salvo excepciones, casi todos los alumnos procedían de familias de la pequeña burguesía, que afanosamente deseaban mejor destino para sus hijos. Pocos pertenecían a la clase alta, y casi ninguno a los sectores pobres de la sociedad. Muchos de los de familia pudiente realizaban sus estudios superiores en los Estados Unidos, si es que no lo hacían desde el bachillerato. No se trataba de culpabilidades individuales, era una herencia de clase. La incorporación de la gran mayoría de los estudiantes universitarios a la Revolución en Cuba, es una prueba del valor de la educación y la conciencia en el ser humano.

Quizás algunas cosas de las hasta aquí referidas ayuden a comprender lo que vino después.

No asistí a la universidad desde el primer día, pues rechazaba las humillantes prácticas de las llamadas novatadas, consistentes en rapar a la fuerza a los recién llegados. Pedí que me pelaran bien bajito para identificarme como alumno nuevo.

Después de resolver el complejo problema del alojamiento, me fui al estadio universitario, buscando cómo incorporarme a los deportes. Había básquet, pelota, campo y pista, todo lo que me gustaba. Trabajo me costó liberarme del compromiso con el manager de básquet de Belén. Hacía tiempo había acordado proseguir como discípulo suyo en ese deporte, pero él era entrenador de un club aristocrático. Le expliqué que no podía ser estudiante de la universidad y jugar en otro equipo contra esta. No entendió y rompí con él. Comencé a entrenar en el equipo universitario de básquet. También la escuela reclamó que jugara pelota por mi facultad y le dije que sí.

Los líderes de la facultad de Derecho solicitaron que fuera candidato a delegado por una asignatura, y no tuve objeción.

Me veía obligado a realizar muchas cosas en un día, y residía en un reparto distante, donde Lidia, la hermana mayor por parte de padre, siempre atenta y afectuosa con nosotros, decidió vivir al trasladarse de Santiago de Cuba a La Habana cuando inicié mis estudios universitarios.

Un día descubrí que no me alcanzaba el tiempo ni para respirar. Sacrifiqué los deportes y decidí cumplir la tarea que me solicitaron los líderes de la escuela. Luché duro por obtener la representación, como delegado, de la asignatura de Antropología, lo cual requería especial esfuerzo. En la tarea me enfrentaba a un antiguo cuadro, para quien un cargo en la dirección de la escuela significaba una profesión política. Así comenzó mi actividad en esa esfera.

No había imaginado hasta qué punto la politiquería, la simulación y las mentiras prevalecían en nuestro país. Pero no lo supe desde el primer día. Cuando se realizó la elección, obtuve más de cinco votos por cada uno del adversario, y pude contribuir así al triunfo de los candidatos de nuestra tendencia en otras asignaturas. Fue de esa forma como, en pocos meses, por el número de votos obtenidos, me convertí en el representante de los estudiantes del primer curso, en una de las escuelas más numerosas de la Universidad de La Habana. Ello me otorgó determinada importancia, pero era muy pronto. No tenía siquiera idea de los intereses que se movían alrededor de aquella Universidad.

A medida que me familiarizaba con ella, iba conociendo también su rica historia. Había sido una de las primeras fundadas en la época de las colonias. Las ilustres personalidades de la cultura y la ciencia eran recordadas en figuras de bronce y mármol a las que se rendía tributo, o al bautizar con sus nombres las plazas, edificios e instituciones universitarias.

Especial admiración se sentía por los ocho estudiantes de Medicina, fusilados el 27 de noviembre de 1871 por los voluntarios españoles, al ser acusados de profanar la tumba de un periodista reaccionario que servía al régimen colonial, un hecho que según se comprobó después, ni siquiera ocurrió.

Junto a mi escuela, un pequeño parque llamado Lídice -aldea checoslovaca donde los nazis perpetraron una atroz matanza-, añadía elementos de internacionalismo.

Los nombres de Martí, Maceo, Céspedes, Agramonte y otros, aparecían por todas partes y suscitaban la admiración y el interés de muchos de nosotros, sin que importara su origen social. No era la atmósfera que se respiraba en la escuela privada de élite donde estudié el bachillerato, cuyos profesores procedían y se educaban en España, donde se engendró parte importante de nuestra cultura, pero también la esclavitud y el coloniaje.

En esa etapa, después de las elecciones del 44, el país era presidido por un profesor de Fisiología, que emergió de la universidad en los años 30, cuando en medio de la gran crisis económica mundial, fue derrocada la tiranía de Machado, y se creó, por breves meses, un gobierno provisional revolucionario. En aquel proceso, dentro del marco de una independencia limitada por la Enmienda Platt, los estudiantes, junto a la combativa clase obrera cubana y el pueblo en general, desempeñaron un papel fundamental. El profesor de Fisiología, Ramón Grau San Martín, fue designado presidente del gobierno en 1933. Un joven revolucionario antimperialista, Antonio Guiteras, representante de otras fuerzas populares, designado ministro de Gobernación, fue la figura más destacada de aquellos meses, por las medidas valientes y antimperialistas que adoptó.

Fulgencio Batista, procedente del sector militar revolucionario de los sargentos y soldados profesionales, ascendido a jefe del Ejército, captado más tarde por los sectores reaccionarios y la propia embajada de los Estados Unidos, derrocó aquel gobierno radical que duró apenas 100 días.

En la caída de Gerardo Machado había sido decisiva la clase obrera. La huelga general revolucionaria, organizada fundamentalmente por el pequeño partido de los comunistas, bajo la dirección brillante y vibrante del poeta revolucionario Rubén Martínez Villena, inició la batalla por el derrocamiento de la tiranía de Machado. Conviene recordarlo porque la idea de una huelga general revolucionaria estuvo asociada a nuestra posterior lucha, desde el ataque al cuartel Moncada. Fue el arma fundamental utilizada tras la ofensiva final exitosa del Ejército Rebelde, que lo condujo a la victoria total del pueblo el 1ro. de enero de 1959.

En los años 40 había emergido con fuerza el anticomunismo, la siembra de reflejos y el control de las mentes a través de los medios de comunicación masiva. Se habían creado las bases para el dominio militar y político del mundo. Muy poco quedaba ya en nuestra alta casa de estudios del espíritu revolucionario de los años 30.

El partido creado por el profesor, que lo llevó a la presidencia en virtud de pasadas glorias, tomó el nombre que utilizó Martí para organizar la última Guerra de Independencia: Partido Revolucionario Cubano, al que añadieron el calificativo de “Auténtico”.

Cuando los escándalos comenzaron a estallar por todas partes, un senador prestigioso de ese mismo partido, Eduardo Chibás, encabezó la denuncia al gobierno. Era de cuna rica, pero incuestionablemente honrado, algo no habitual en los partidos tradicionales de Cuba. Disponía de media hora cada domingo, a las 8:00 de la noche, en la emisora radial más oída de toda la nación. Fue el primer caso en nuestra patria de la promoción inusitada que podía significar ese medio de divulgación masiva. Se conocía su nombre en todos los rincones del país. No existía todavía en Cuba la televisión. De ese modo, a pesar del analfabetismo reinante, surgió un movimiento político de potencial masividad entre los trabajadores de la ciudad y el campo, los profesionales y la pequeña burguesía.

Entre los obreros industriales más avanzados e intelectuales destacados, las ideas marxistas se abrían paso con más facilidad. Rubén Martínez Villena murió joven, víctima de la tuberculosis, poco tiempo después de su más gloriosa obra, el derrocamiento de la tiranía machadista. Quedaron sus poemas, que continúan recordándose y repitiéndose. Pero los prejuicios anticomunistas, emanados siempre de los sectores privilegiados y dominantes de la sociedad cubana, continuaron multiplicándose, desde los días brillantes en que Julio Antonio Mella creó la FEU (Federación Estudiantil Universitaria), y junto a Baliño -compañero de José Martí en su lucha por la independencia- fundó el primer Partido Comunista de Cuba.

El gobierno corrupto de Grau San Martín era caótico, irresponsable, cínico. Le interesaba controlar la universidad y los escasos institutos públicos donde se estudiaba el bachillerato. Su instrumento fundamental no era la represión, sino la corrupción. La universidad dependía de los fondos del Estado.

Un sujeto sin escrúpulo resultó designado ministro de Educación. Muchos millones de dólares fueron malversados. Nada parecido a un programa de alfabetización se llevó a cabo.

La reforma agraria y otras medidas promulgadas por la Constitución de 1940 pasaron al olvido. Batista se había marchado del país repleto de dinero para residir en la Florida. Dejó en Cuba a las Fuerzas Armadas llenas de ascensos y privilegios, y a un número no desdeñable de seguidores directamente beneficiados con cargos de elección en el Congreso, los municipios, y empleos en el aparato burocrático de instituciones sociales y empresas privadas.

Lo peor de todo fue el lastre pseudorrevolucionario que llegó al poder en Cuba junto con Grau San Martín. Eran gente que de una u otra forma habían sido antimachadistas y antibatistianos. Se consideraban, por tanto, revolucionarios. Al peor grupo de estos le asignaron cargos importantes en la policía represiva, como el Buró de Investigaciones, la Secreta, la Motorizada y otros cuerpos de esa institución. Se mantuvieron los tribunales de urgencia, con la facultad de arrestar a un ciudadano sin derecho alguno a la libertad provisional. En fin, todo el aparato represivo de Batista permaneció inalterable.

Con distintos nombres surgieron una serie de organizaciones formadas por personas que tuvieron relaciones con Guiteras y otros prestigiosos líderes de la lucha contra Machado y Batista. En las filas de aquella pseudorrevolución existían personas serias y valientes, consideradas a sí mismas como revolucionarias, una idea y un título que siempre atrajeron en Cuba a los jóvenes. Los órganos de prensa les asignaban con todo rigor ese calificativo, cuando en realidad lo transcurrido era una dramática etapa de revolución frustrada. No había programa social serio, y menos aún objetivos que condujeran a la independencia del país. El único programa verdaderamente revolucionario y antimperialista era el del partido fundado por Mella y Baliño, y luego dirigido por Rubén Martínez Villena. Este joven y valioso líder, lleno de pasión, proclamó en un poema: “Hace falta una carga para matar bribones, /para acabar la obra de las revoluciones (…)”. Pero el Partido Comunista de Cuba estaba aislado.

Entre los muchos miles de estudiantes de la universidad que conocí, el número de antimperialistas conscientes y comunistas militantes no pasaban de 50 ó 60, del total de matriculados, que ascendían a más de 12 000. Yo mismo, un entusiasta de las protestas contra aquel gobierno, me sentía impulsado por otros valores que más adelante comprendí que estaban todavía distantes de la conciencia revolucionaria que adquirí después.

Eran miles los estudiantes que repudiaban la corrupción reinante, los abusos de poder y los males de la sociedad. Muy pocos pertenecían a la alta burguesía. Las veces que tuvimos necesidad de salir a la calle, no vacilaron en hacerlo.

Nuestra universidad sostenía relaciones con los exilados dominicanos en lucha contra Trujillo, con quienes se solidarizaba plenamente. También los puertorriqueños que demandaban la independencia, bajo la dirección de Pedro Albizu Campos, contaban con su apoyo. Eran elementos de una conciencia internacionalista presentes entre nuestros jóvenes, y que también me movían entonces a mí, a quien habían asignado la presidencia del Comité Pro Democracia Dominicana y el Comité Pro Independencia de Puerto Rico.

Una etapa de mis estudios universitarios ayudaría a comprender lo que allí viví. Cuando inicié el segundo año de la carrera, en 1946, conocía mucho más de nuestra universidad y nuestro país. Nadie tuvo que invitarme a participar en las elecciones de la escuela de Derecho. Yo mismo persuadí a un estudiante activo e inteligente, Baudilio Castellanos, que iniciaba su carrera, para que se postulara por la misma asignatura que yo lo había hecho el año anterior. Lo conocía bien porque éramos de la misma zona oriental; él había estudiado el bachillerato en una escuela regida por religiosos protestantes. Su padre era farmacéutico en el pequeño poblado del central Marcané, propiedad de una transnacional norteamericana, a cuatro kilómetros de mi casa en Birán.

Seleccionamos entre los estudiantes del primer curso a los más activos y entusiastas para integrar la candidatura. Contaba con el apoyo total del segundo curso, donde los adversarios ni siquiera pudieron nuclear alumnos suficientes para formar una candidatura contra mí. Aplicamos la misma línea del año anterior y, en las elecciones, nuestra tendencia obtuvo una aplastante victoria. Contábamos ya con amplia mayoría entre los estudiantes de la escuela de Derecho, y podíamos decidir quién sería el presidente de los estudiantes de la facultad, una de las más numerosas de la Universidad de La Habana. Los del quinto y último año no eran muchos, los del cuarto se correspondían con el año en que el bachillerato se elevó de cuatro a cinco años, y eran muy pocos los que habían ingresado en ese curso. No teníamos la mayoría de los delegados, pero sí la inmensa mayoría de los estudiantes.

En ese tiempo entramos en contacto con el Partido Ortodoxo y, también, con militantes de la Juventud Comunista, como Raúl Valdés Vivó, Alfredo Guevara y otros. Conocí a Flavio Bravo, una persona inteligente y capaz, que dirigía a la Juventud Comunista de Cuba.

Pude dejar las cosas como estaban y esperar un año más. Al fin y al cabo mis relaciones no eran malas con los delegados de los cursos superiores, políticamente neutros. Pero pudo más en mí el espíritu competitivo y quizás la autosuficiencia y la vanidad que suele acompañar a muchos jóvenes, aún en nuestra época.

Esto no significa que yo habría tenido una nueva oportunidad para esperar un tercer curso normal. Los compromisos ya contraídos me llevaron por otros caminos. Pero antes debo señalar que viví los mayores peligros de perder la vida con apenas 20 años, sin provecho alguno para la causa verdaderamente noble que descubrí después.

De hecho, nuestra actividad y fuerza llamaron prematuramente la atención de los dueños de la única universidad del país. Nuestro alto centro de estudios había adquirido especial importancia por su raíz histórica y su papel dentro de la república disminuida, que nació de la imposición de la Enmienda Platt a la nación cubana cuando se liberó de España. La nueva presidencia de la Federación de Estudiantes Universitarios estaba por decidirse, ya que el anterior presidente había pasado a ocupar un alto cargo en el gobierno de Grau.

Dado mi carácter rebelde, le hice frente al poderoso grupo que controlaba la universidad. Así pasaron días, en realidad semanas, sin otra compañía que la solidaridad de mis compañeros de primero y segundo cursos de la escuela de Derecho. Hubo ocasiones en que salí de la universidad escoltado por grupos de estudiantes que se apretaban alrededor de mí. Pero yo, a pesar de eso, iba todos los días a las clases y las actividades, hasta que un día declararon que no me permitirían entrar más a ese recinto.

He contado alguna vez que, al día siguiente, un domingo, me fui a una playa con la novia, y acostado boca abajo lloré porque estaba decidido a desafiar aquella prohibición, y comprendía lo que ello significaba. Sabía que el enemigo había llegado al límite de su tolerancia. En mi mente quijotesca no cabía otra alternativa que desafiar la amenaza. Podía obtener un arma, y la llevaría conmigo.

Un amigo militante del Partido Ortodoxo, al que conocí porque le gustaban los deportes y visitaba con frecuencia la universidad, me contaba las experiencias del enfrentamiento a las dictaduras de Machado y Batista, conversaba mucho conmigo, y conocía nuestras luchas, al tener noticias de la situación creada, y la decisión adoptada por mí, movió cielo y tierra para evitar lo peor.

Después de esto tuvieron lugar innumerables sucesos que he narrado en distintas oportunidades, y no deseo añadir a lo que aquí expongo, ya de por sí extenso; pero siento la necesidad de expresar que desde entonces estuve decidido a todo y empuñé un arma. Las experiencias de mi vida universitaria me sirvieron para la larga y difícil lucha que emprendería poco tiempo después como martiano y revolucionario cubano. Mi pensamiento maduró aceleradamente. Apenas transcurridos tres años de mi graduación, asaltaba con mis compañeros de ideal la segunda plaza militar del país. Fue el reinicio de la insurrección armada del pueblo de Cuba por su plena independencia y por la república de justicia soñada por nuestro Héroe Nacional José Martí.

Tras el triunfo del 1ro. de enero, conocidos e incansables historiadores, encabezados por Pedro Álvarez Tabío, y gracias a la iniciativa de Celia Sánchez, que estuvo presente y cumplió importantes misiones en la defensa de aquel baluarte revolucionario, recorrieron cada rincón de la Sierra Maestra, donde se desarrollaron los acontecimientos, y recogieron información fresca de las personas en cada vivienda y lugar donde estuvimos, archivando datos sin los cuales nadie y, por supuesto, tampoco yo, podría responsabilizarse con cada detalle que da total veracidad a lo que aquí expongo.

Por otro lado, solo alguien que fuera conductor y jefe de aquella fuerza de combatientes bisoños podría responsabilizarse con una historia rigurosa de los acontecimientos en los 74 días de combate, en que desesperadamente los revolucionarios logramos destrozar los planes de las Fuerzas Armadas de entonces, asesoradas y equipadas por los Estados Unidos, y convertimos lo imposible en posible. No existe otra forma de honrar a los caídos en aquella gesta. De una contienda así no teníamos antecedentes en nuestra patria. Las gloriosas luchas por la independencia habían concluido casi medio siglo antes. Las armas, las comunicaciones, eran todas muy diferentes en otra época; no existían los tanques, los aviones, las bombas de hasta 500 kilogramos de TNT. Fue necesario comenzar de cero. Disponía ya desde que me gradué de bachiller, y a pesar de mi origen, de una concepción marxista-leninista de nuestra sociedad y una convicción profunda de la justicia.

De la excelente prosa del historiador Álvarez Tabío recogí lo mejor y depuré lo innecesario. El cartógrafo Otto Hernández Garcini, expertos militares y diseñadores elaboraron, por su parte, los mapas que contiene este libro, donde tales planos se requerían para el análisis del tema por los profesionales de las armas. Aún faltaría por explicar cómo, después de la última ofensiva enemiga que quebró el espinazo de la tiranía, al decir del Che, de la Sierra Maestra trasladamos al llano nuestras concepciones de lucha, y en solo cinco meses destrozamos la fuerza total de 100 000 hombres armados que defendían al régimen y les ocupamos todas las armas.

Este libro, La Victoria Estratégica, es el preámbulo de ese otro, aún sin escribir, sobre la rápida y contundente contraofensiva rebelde que nos llevó a las puertas de Santiago de Cuba y al triunfo definitivo de la Revolución Cubana.

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