Puerto Padre, Las Tunas, Cuba, 25 agosto (RL).Alguien nos sembró la duda, la sospecha de estar frente a un panfleto cuando citábamos la Biblia como exergo de obras literarias, era peor usarla como pretexto para la intextualidad o lo que es lo mismo usarla como un metatexto. Eso fue antes de los noventa pues en la década oscura, la Biblia se convirtió en un obligado asidero para autores jóvenes. En la poesía y específicamente en la décima, las Escrituras eran una constante referencia y aunque algunos no conocían en esencia el significado de muchos versículos citados, apoyaban su poema con más errores que aciertos. Era una moda, una línea, una etiqueta que consignaba al autor como parte del movimiento. Sin embargo la literatura infantil era zona vedada, no recuerdo autores cubanos que usaran, esa joya de la literatura universal, acaso en el poema Mensaje para Jonás de Mirta Aguirre como pretexto para el juego. Encontrarme ahora con el libro de cuentos El Comprador de sueños del periodista Julián Puig, que editó la editorial provincial Sanlope, me satisface. Julián sabe que las analogías pueden establecerse en cualquier momento. Su pequeño Príncipe, sin embargo, es un personaje singular en la literatura cubana. Su autor no teme a las comparaciones, pues se trata de esa filosofía que adquiere el hombre al interactuar con sus semejantes. Jesusito tropieza con modos de pensar del hombre moderno, este niño enfrenta un universo de preguntas nada ingenuas, para llegar a su mariposa devenido ideal, sino punto clímax de la obra. Tal vez su autor debió recurrir con más frecuencia en este símbolo que le cuesta, al igual que al clásico personaje de Antoine su propia vida. En ambos relatos el trasfondo religioso permea toda la obra, más en la obra del puertopadrense, a partir del nombre del protagonista. En su afán de conocimiento Jesusito se impacta con personajes muy raros, con muy singulares pretensiones; mientras Julián logra fabular hasta los límites y entrega coherencia en el discurso, digna de la mejor literatura para niños que se escribe. ¡Qué bueno encontrarse una obra donde la realidad no se reduzca sino que crezca en la medida en que se tejen las coordenadas entre las historias constituyentes del libro. En el Comprador de sueños, Julián Puig tiene la tendencia a crear conceptos a partir de situaciones de circunstancias, lo cual hace mucho más interesante una trama que se abre para alcanzar un variado público que incluye también al adulto. Sin dudas el diálogo es su principal herramienta, logrado con objetividad y gracia. Las historias más logradas son aquellas donde el nivel de fabulación se elevan hasta la poesía como en el cuento que le da nombre al libro, La casa transparente, y los relatos La maldad y la bondad. Recomiendo la lectura de este volumen de cuentos que aunque está destinado principalmente a la infancia, el adulto encontrará motivos suficientes y así estará recuperando esos sueños que alguien logró comprarle alguna vez.
Democracia, algo más que elecciones
Por: Raúl Martes González. Puerto Padre, Las Tunas, Cuba, 15 agosto (RL).Un nuevo proceso democrático, en cuanto a elecciones, está próximo a comenzar, en Puerto Padre. Como parte de los preparativos, ahora se acentúa la labor en la actualización de los registros de electores que terminará el lunes 21 de agosto para dar paso a la capacitación de las Comisiones de circunscripción, sobre características esenciales de las asambleas de nominación de candidatos a delegados del Poder Popular. El cierre del aprendizaje el día 25, marcará el punto final de la organización y el primero de septiembre, a las 8 pasadomeridiano, iniciará el primer encuentro en la circunscripción cuatro, del Consejo Popular número uno, que será piloto para el resto de las estructuras de gobierno en la base. Los electores de la jurisdicción, al centro de la Villa Azul, tienen la prioridad de los comicios de este año porque en el 2005 el ciento por de ellos ejerció su derecho al voto, mantienen estabilidad de residencia y facilita concentrar allí las personas encargadas de dirigir las nominaciones en otras áreas. En los sufragios de hoy, el pueblo postula y elige a sus representantes, y los preferidos lo son si alcanzan más del 50 por ciento de los votos válidos emitidos. Ellos rinden cuenta a los vecinos y pueden ser revocados por las masas en cualquier momento del mandato. Así está recogido en la Ley Electoral cubana, en la cual tienen derecho a votar las personas desde los 16 de edad con plenas capacidades mentales y sin distinción de raza, sexo y situación económica. Pero antes, votar siempre estuvo limitado. En las primeras elecciones convocadas, en Cuba el 16 de junio de 1900, bajo la tutela del gobierno intervencionista estadounidense, solo acudió a las urnas el 7 por ciento de la población, debido a que tenían derecho personas de 21 años en adelante, quienes sabían leer y escribir, y pudieran mostrar bienes no inferiores a doscientos cincuenta pesos. Contaba la Isla entonces con un millón 572 797 habitantes. Con esas discriminaciones comenzó la historia de las elecciones en nuestro país y se hizo tradicional, a lo largo del impúdico camino del negocio político y económico en beneficio de los “fieles servidores”. Durante 58 años los partidos y sus representantes pelearon por la presidencia de la República a espaldas de los intereses nacionales y la mirada puesta en la “grandeza” del Norte. A la silla principal del Palacio fueron a sentarse hombres como José Miguel Gómez, tiburón se baña pero salpica, en clara alusión a que cogía y dejaba coger de los bienes del pueblo; Gerardo Machado, el asno con garras, dicho por (Rubén Martínez Villena) su rudeza hasta mancharse las manos de sangre y su escaso conocimiento; y Fulgencio Batista Zaldívar, el golpeador de Estado en dos ocasiones (en los años 40 y 50 del pasado siglo), para sumir a la nación en el crimen y la miseria. Llegar al máximo cargo no fue fácil para ninguno de ellos, porque el pueblo siempre hizo oposición a las elecciones grotescas y maquilladas con la mentira y el artificio, de Estados Unidos. Por eso a la entrada y dentro de los colegios electorales figuraban los politiqueros y soldados con sus fusiles. Eran ellos quienes determinaban las personas que podía pasar al centro y el destino de los votos. Estos hechos son parte del pasado gris y que el viento se llevó. Desde hace muchos años no hay ni politiqueros ni soldados con fusiles. Son pioneros los que hoy custodiarán las urnas, y las puertas de los colegios están abiertas para los que acuden de forma voluntaria a depositar su voto por el representante preferido. En Puerto Padre, más de mil 800 niñas, niños y adolescentes alumnos de primaria y secundaria son los guardianes principales. Los puertopadrenses organizan un nuevo proceso democrático, decimos en cuanto a elecciones, porque democracia es mucho más, es no sólo depositar el voto en la urna. Aquí se concibe como derecho al trabajo como base del desarrollo y garantía del bienestar público, y tener educación, salud, libertad e independencia.
Los días de verano
Por: Julián Puig Hernández. Puerto Padre, Las Tunas, Cuba, 4 agosto (RL).Aunque con justeza afirmamos que Cuba tiene un eterno verano, casi por lo regular tal apelativo lo atribuimos a los meses de mayor afluencia de vacacionistas nacionales a nuestras playas: julio y agosto. Pero no se trata de valorar a las miles de personas de edades que van desde los días hasta el siglo veraneando en las playas, sino de la vida toda. Es cierto que desde temprano en la mañana, provistos de ropa de baño, gafas y chancletas, las personas pueblan la Terminal de ómnibus, de Puerto Padre, para dirigirse a las zonas del litoral, tan pródigas en arenas blancas y mar atlántico de azul intenso. Otro tanto sucede con las instalaciones de campismo que tiene el municipio (2), donde los amantes del río, por un lado, optan por refrescarse bajo los árboles altos y frondosos de la Aguada de Vázquez, pero no pocos se van a Punta de Corella, donde la arena blanca y las olas espumosas tienen un encuentro amoroso de mucha pasión. ¿Qué decir de las noches? Una multitud de jóvenes puede verse bajar, con la moda cubriéndole las pieles, irse de discoteca, al parque o simplemente conversar o enamorarse en el malecón, teniendo por cómplice unas luminarias tenues y redondas como la luna. Ha terminado julio y no pocos se resisten a creerlo; pero está agosto con sus encantos, aunque dueño de la ruptura, el que se acerca a septiembre, límite, final del descanso y patrón de arrancada para un nuevo curso escolar o inicio de las jornadas laborales. Ya se ha cumplido la mitad del tiempo destinado al descanso de la mayoría, pero quedan días espléndidos, para pasarla en grande y bien, con familiares y amigos. No pocos han fortalecido su amor con una pareja, otros lo han encontrado por primera vez y tocan el cielo con la punta de los dedos. Con personas así, puede creerse que la felicidad no es un mito sino el camino por donde puede andarse, con el mismo calor de Julio o de Agosto.
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