Puerto Padre, Las Tunas, Cuba, 29 junio (RL).Toda obra material o espiritual de bien común, es emanación de sacrificio y se defiende con las propias manos de quienes la construyen. Cuando sucede, significa haber emprendido el camino de los justo. Militares y civiles hicieron eso ahora, al integrar patrullas montadas y brigadas de campesinos en un acto de celebración popular. Desde hoy están en filas para cumplir tares y misiones en el municipio. Las formaciones asumieron puestos de acuerdo con las características de áreas geográficas, como San Manuel, Maniabón y Vázquez, triángulo regional de fértiles tierras negras y pardas dedicadas a la producción de viandas, hortalizas, granos, frutas, madera y ganado. La integración tiene el objetivo de fortalecer la seguridad y el orden interior en 10 sectores de vigilancia revolucionaria. Aquí nada les será ajeno a los responsables de cuidar la tranquilidad de la población. Pero, el empeño por el resguardo ata, también, elevarse a la altura del tiempo. “El numeroso grupo de patrullas montadas y brigadas de campesinos poseen entrenamiento militar adecuado, armas de fuego eficientes y medios para las operaciones, aseguró el joven Capitán Eutimio Barea Peña, jefe del destacamento y de trabajo comunitario de la Policía Nacional Revolucionaria, cuerpo del Ministerio del Interior. De defensa hablaron los interesados, que son suficientes. Lo harán por siempre. La sorpresa emana del descuido. Mal de los que tienen la cabeza todo el tiempo en la almohada, que no es suma individual sino convicción colectiva. Entre las filas de hombres prontos a escudar a toda costa, estuvieron pioneros y las ideas del Apóstol cubano; los niños para despertar el interés con sus cantos: “Comandante”, en versos dedicados a Fidel, y Regresaré, de Antonio Guerrero, preso injustamente, en Estados Unidos; José Martí para honrar: Hay hombres que luchan un día y son buenos, hay otros que luchan un año y son muy buenos, hay quienes luchan muchos años y son aún mejores. Pero hay los que luchan toda la vida. Esos son los imprescindibles”. Obras nuevas, como hijos, nacerán hasta la voluntad puesta en pie de la mujer y del hombre. Se alargarán existencia y continuidad. Sin diferencias ha de comportarse igual el conservar lo propio. Porque es mandato de la inteligencia hacer perdurar la riqueza que se crea y escribir la propia historia.
Un Municipio que escribe su propia historia.
Publicado por Lic. Carlos Velázquez Hernández en 8:53 a. m.
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