Manos y labios de una adolescente conquistan el clarinete, fue la primera expresión que me nació al conocer a Maisbel Ravelo Mora, egresada de la escuela Vocacional de Arte, EVA, de Las Tunas y que ingresó este mes en el conservatorio Esteban Salas, de Santiago de Cuba para alcanzar el nivel medio elemental en música.
Su historia con este instrumento de viento comenzó por azares de la vida porque ni siquiera había tocado alguno cuando ingresó en la EVA a los 9 años de edad.
Quería ser actriz y buscaba la formar de entrar en la escuela de arte a toda costa, hice los exámenes y aprobé en música, a la hora de escoger qué tipo de instrumento no lo dudé mucho y dije flauta o clarinete, sin saber nada de ellos y fue este último por el que otorgaron la plaza, en principio con mucho miedo, pero después me fue atrapando hasta que me enamoré de él, tanto que hoy es parte de mi, dice esta encantadora muchacha que ya vislumbra como una talentosa clarinetista.
Durante su preparación Maisbel recibió los conocimientos necesarios para conseguir la música con el movimiento de sus dedos y el esfuerzo de los pulmones; no solo se conforma con lo aprendido en la escuela sino que dedica tiempo a ejercitar y confrontar con otros clarinetistas como los puertopadrenses Ernesto Díaz y Juan Carlos Naranjo, director de la banda municipal de conciertos.
Me gustan las composiciones de cubanos como Juan Jorge Junco, precisamente con la pieza Pura de este autor cienfueguero fue con la que me gradué, también me agrada tocar del alemán Antón Dimsler, y otros revela.
Aprovecharé muy bien cada minuto en el conservatorio para convertirme en una gran clarinetista y organizar conciertos para que en mi pueblo disfruten de esa música, además de poder tocar con la Banda Municipal de Conciertos, asegura Maisbel convencida de que tras el esfuerzo en el estudio vendrán esas posibilidades y otras que con su virtuosismo alcanzará.
En la escuela vocacional de arte Maisbel Ravelo Mora pudo intervenir en conciertos e integró la primera sinfónica de las Tunas que se presentó este año en la capital provincial.
De mis raíces no heredé esta vocación, pero mis padres, abuelos y tios y mi hermanito me alientan para seguir y eso es lo que voy a hacer, mi mirada está puesta en el Instituto Superior de Arte como la meta mayor, asegura.
Con desenfado muestra las habilidades en el instrumento y regala la melodía; Maisbel promete en la más bella forma.Soñadora por sí misma, ella cautiva con su angelical manera de comportarse y la magia que desprende del clarinete.
Su historia con este instrumento de viento comenzó por azares de la vida porque ni siquiera había tocado alguno cuando ingresó en la EVA a los 9 años de edad.
Quería ser actriz y buscaba la formar de entrar en la escuela de arte a toda costa, hice los exámenes y aprobé en música, a la hora de escoger qué tipo de instrumento no lo dudé mucho y dije flauta o clarinete, sin saber nada de ellos y fue este último por el que otorgaron la plaza, en principio con mucho miedo, pero después me fue atrapando hasta que me enamoré de él, tanto que hoy es parte de mi, dice esta encantadora muchacha que ya vislumbra como una talentosa clarinetista.
Durante su preparación Maisbel recibió los conocimientos necesarios para conseguir la música con el movimiento de sus dedos y el esfuerzo de los pulmones; no solo se conforma con lo aprendido en la escuela sino que dedica tiempo a ejercitar y confrontar con otros clarinetistas como los puertopadrenses Ernesto Díaz y Juan Carlos Naranjo, director de la banda municipal de conciertos.
Me gustan las composiciones de cubanos como Juan Jorge Junco, precisamente con la pieza Pura de este autor cienfueguero fue con la que me gradué, también me agrada tocar del alemán Antón Dimsler, y otros revela.
Aprovecharé muy bien cada minuto en el conservatorio para convertirme en una gran clarinetista y organizar conciertos para que en mi pueblo disfruten de esa música, además de poder tocar con la Banda Municipal de Conciertos, asegura Maisbel convencida de que tras el esfuerzo en el estudio vendrán esas posibilidades y otras que con su virtuosismo alcanzará.
En la escuela vocacional de arte Maisbel Ravelo Mora pudo intervenir en conciertos e integró la primera sinfónica de las Tunas que se presentó este año en la capital provincial.
De mis raíces no heredé esta vocación, pero mis padres, abuelos y tios y mi hermanito me alientan para seguir y eso es lo que voy a hacer, mi mirada está puesta en el Instituto Superior de Arte como la meta mayor, asegura.
Con desenfado muestra las habilidades en el instrumento y regala la melodía; Maisbel promete en la más bella forma.Soñadora por sí misma, ella cautiva con su angelical manera de comportarse y la magia que desprende del clarinete.