Como
cada 28 de octubre, el mar, los ríos y arroyos se visten de colores y
millones de niñas, niños y pueblo en general rinden tributo al
combatiente y revolucionario cubano, al expedicionario del Yate Granma,
al hombre que con su amplia sonrisa y su sombrero Alón fuera uno de los
pilares fundamentales de la gesta armada que derrocó la tiranía de
Batista en enero de 1959.
Fiel a la causa de la Revolución, en la Sierra Maestra cumplió
disímiles misiones participando en las más significativas batallas, su
arrojo, coraje y valor sin límites hacen que sea designado por Fidel
para la riesgosa misión de que, junto a la Columna 8 Ciro Redondo del comandante Ernesto Che Guevara realizara la invasión al centro del país, reeditando la proeza de los mambises en la Guerra de Independencia.Camilo tomó parte en el recibimiento a la Caravana de la Victoria presidida por Fidel el 8 de enero y en el acto de bienvenida quedó demostrada la confianza de Fidel en Camilo al interrumpir su discurso y preguntarle: ¿Voy bien Camilo?, a lo que Camilo respondería: ¡Vas bien Fidel!
De Camilo dijo Fidel.” hombres como Camilo Cienfuegos surgieron del pueblo y vivieron para el pueblo. Nuestra única compensación ante la pérdida de un compañero tan allegado a nosotros es saber que el pueblo de Cuba produce hombres como él. Camilo vive y vivirá en el pueblo.
Hoy a 56 años de su desaparición física la imagen del Señor de la Vanguardia, del Héroe de Yaguajay, está en cada cubano que trabaja y lucha por un futuro mejor.