Colega García, al leer la propuesta que sistematicamente nos hacen,sobre el 39 aniversario del periodico Trabajadores, sentí la necesidad de publicar tu trabajo en mi página personal, pues qué cubano de estos tiempos no les está agradecido a este órgano por la calidad con la que le hacen llegar al pueblo las informaciones y demás trabajos periodísticos. Para ese colectivo desde mi humilde página llegue la felicitación de mis colegas de la redacción digital de radio Libertad en Puerto padre, las Tunas.
Pudo haber sido antes o después. Las fechas importan siempre bien poco, aunque sean pretextos de muchas celebraciones, fiestas y aniversarios. El 6 de junio de 1970, en medio de una década grande, difícil y dura para la Revolución, la prensa cubana ramificó un medio de comunicación más: Trabajadores, bimensual entonces, destinado al perfil laboral y al acontecer sindical de los trabajadores cubanos.
Desde el inicio, algo quedó bien claro para los "arriesgados" periodistas que intentaron atrapar a un público que va desde el obrero de una fábrica, hasta los tabaqueros, macheteros, transportistas, mineros, educadores, médicos, dirigentes, jubilados, comunicadores, científicos, agricultores, y un largo etcétera. Había que hacer un periodismo crítico, educativo, revolucionario en todo el esplendor de esta palabra.
Luego llegarían etapas mejores en cuanto a la frecuencia. Y de semanario pasó al diarismo en la década de los ochenta del siglo XX, con no pocos reportajes investigativos, entrevistas creativas, comentarios valientes e informaciones puntuales sobre la vida política y social de la sociedad cubana, en especial, del mundo que apreciaban los trabajadores.
En una ocasión, y así quedó recogido para la historia en las páginas del entonces diario, el Comandante en Jefe, Fidel Castro, expresó que se enteraba de muchos más problemas de los trabajadores y la sociedad por las páginas de Trabajadores que por los informes oficiales que le llegaban.
Sería Fidel, sin dudas, un lector especial, el más animado y crítico del colectivo, al cual visitaría en el período especial en par de ocasiones, cuando la contracción económica regresó la frecuencia semanal al periódico. Sus palabras de aliento y el llamado a seguir haciendo un periodismo militante, elegante y que respondiera a los intereses de la clase obrera, fueron decisivos para todos los integrantes del periódico.
Lejos de nombres más o menos conocido en estos 39 años, Trabajadores ha sido testigo de la obra periodística de Eloy Concepción, Julio García Luis, Renato Recio, Magalys García Moré, Luis Sexto, Nancy Robinson Calvet, José Alejandro Pérez, entre otros, algunos de los cuales compartieron desde el antiguo local de Virtudes hasta la permuta definitiva al cuarto piso del Poligráfico Granma.
Imposible dejar de mencionar a los fundadores y a otros que por casi cuatro décadas han sido fieles a sus lectores desde estas páginas y permanecen todavía en el colectivo: Antonieta César, Gabino Manguela, Caridad Laffita, Juan Duflar y Manuel Fernández Malagón son, quizás, los referentes más ilustres.
Hoy Trabajadores se apresta a nuevos retos. Desde el rediseño conceptual de su página web hasta una mayor cercanía a los problemas cotidianos de la gente en sus páginas; desde el periodismo investigativo más documentado hasta la buena crónica capaz de conmover por su belleza y originalidad; desde el comentario más afilado hasta la entrevista rica en matices humanos; desde el artículo profundo hasta el intercambio mayor con sus lectores.
Sirva entonces el 6 de junio del 2009 y los 39 años cumplidos como un solo abanico para cortar el aire y continuar la obra periodística que la Revolución necesita. A los periodistas, fotógrafos, directivos, personal administrativo, en fin, a todos los que edifican la edición digital y esas 16 páginas "anaranjadas" de los lunes —muy pronto quizás con mayor frecuencia— , les seguirá llegando la inspiración martiana:
"El periódico ha de estar siempre como los correos antiguos, con el caballo enjaezado, la fusta en la mano, y la espuela en el tacón. Al menor accidente, debe saltar sobre la silla, sacudir la fusta, y echar a escape el caballo para salir pronto y que nadie llegue antes que él…. Debe desobedecer los apetitos del bien personal, y atender imparcialmente al bien público. Debe ser coqueta para seducir, catedrático para explicar, filósofo para mejorar, pilluelo para penetrar, guerrero para combatir. Debe ser útil, sano, elegante, oportuno, valiente. En cada artículo debe verse la mano enguantada que lo escribe, y los labios sin mancha que lo dictan. No hay cetro mejor que un buen periódico".
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