Por: Julián Puig Hernández.
Es una instalación que funciona como si tuviera siempre las puertas abiertas y de hecho, las tiene. Sol y mar está de frente al Océano Atlántico, por donde puede verse, a lo lejos, la retahíla de barcos mercantes o turísticos serpentear las aguas jurisdiccionales cubanas.
Esa propia virtud se le convirtió en punto vulnerable cuando el paso del Huracán Ike, sin embargo, como algo preconcebido por la administración, de inmediato los veinte trabajadores se pusieron en función de recuperarse, amén de los problemas familiares. No se detuvo prácticamente el servicio.
En este verano, el centro gastronómico sonríe ante la multitud de bañistas que le frecuentan porque tiene un lugar privilegiado.
Sol y mar está justamente donde comienza el cordón de arena que embellece el litoral norte, desde aquí puede llegarse a La Llanita caminando siempre por el colchón blanco.
La oferta, que por supuesto incluye pescado y otras variedades del mar, se atiende directamente en el mostrador o en el minirestaurante dispuesto en un lateral.
Existe, gracias a las bondades de la madre natura, una cordillera de uvas caletas, o uveros como también se le dice, que dan un toque distintivo a través de toda la franja playera.
Al fondo quedan las cabañas que sirven de disfrute a los trabajadores quienes por supuesto, salen de la villa y se regocijan en el bullicio del Sol y del Mar.
Formalmente abrieron su oferta el primero de julio, como una exigencia tradicional, y tienen planificado ingresar, por concepto de comestibles y bebidas, más de ciento cuatro mil pesos en este mes. El suministro ha sido estable y por lo tanto no habrá contratiempos para materializar ese compromiso.
Da gozo al alma esa brisa salitrera que nos acaricia el rostro y es como música encantada la parsimonia de las olas, que lamen una y otra vez la blanca arena donde se enamoran las parejas y se tejen sueños incompatibles con el desgano.
Aquí se viene a cimentar el espíritu, a reconfortar los derroteros que hacen posible continuar en ascenso la edificación de la virtud.
