Por: Alexis Pérez Sánchez.
Las Tunas 3 de agosto (P-26) Fundado en 1982, el hotel Socucho continúa siendo el mismo lugar acogedor de siempre, solo que ahora viste una nueva imagen tras la restauración a la que ha sido sometido en los últimos meses para resarcirlo de las inclemencias del tiempo y de la acción devastadora de Ike.
Es cierto que el trabajo no ha concluido todavía: constructores de la brigada de acabado del contingente Armando Mestre permanecen allí para corregir detalles, terminar la cerca perimetral, plantar las áreas verdes; para darle los retoques necesarios que lo hagan distinguido, preferente.
Este quehacer no es óbice, sin embargo, para que en sus 15 habitaciones se hospeden por estos días vanguardias nacionales y otros trabajadores destacados de la provincia, quienes disfrutan de unas bien ganadas vacaciones, en contacto con el mar, la arena, el sol… en las playas La Boca y La Llanita.
Enrique se encuentra allí con su familia cuando visitamos el hotel. Nos sentimos muy bien -nos dice-, las habitaciones son confortables, tienen aire acondicionado y el avituallamiento es nuevo, incluido los colchones de esponjas, sábanas y toallas; los baños son muy cómodos.
De los alimentos, no tenemos quejas –asegura- con la ventaja de que ese servicio es dirigido y protegido para los trabajadores estimulados.
Eso significa -aclara Jorge Luis Áreas, administrador del hotel- que un pollo frito, por ejemplo, cuesta 2.00 pesos, pero si es guisado, el precio es de 1.15 y así sucede con los restantes platos.
¿Siempre es igual?, inquiero. No, existen otras opciones –explica Jorge Luis-, solo que a precios de gastronomía popular e igualmente variados y a solicitud del interesado. Pongamos por caso a un cliente al cual no le apetece el pollo y en su lugar prefiere un bistec de cerdo; se le toma el pedido y se elabora el plato en cuestión.
¿Otras opciones?
Además del restaurante, contamos con dos bares para la venta de bebidas y licores – argumenta- incluida cerveza de diversas marcas y precios, entre otros surtidos del gusto de los huéspedes; uno en la planta baja y otro en la terraza. Este último con horario extendido hasta la 1:00 de la madrugada y una vista muy hermosa; música grabada, baile.
El verano no concluye todavía. La inversión que se le realiza al hotel, está a punto de terminar: ya hablamos de algunos pendientes. No olvidamos la carpeta que muebles Fusa debe entregar por estos días, según Jorge Luis. El dinero desembolsado no ha sido poco; bastante el esfuerzo realizado.
Y eso, obliga: a sus trabajadores, a los huéspedes y a todos los miembros de la comunidad, a preservarlo, y a la empresa de Comercio, a la cual pertenece, a sistematizar los abastecimientos para que se mantengan la variedad y calidad de las ofertas, sin descuidar, desde luego, el mantenimiento del inmueble. Solo así será útil todas las estaciones del año, y más, su calor familiar cada verano
