Por Yordanis Rodríguez Vega (Estudiante de Periodismo).
yordanis.rdriguez@reduc.edu.cu
Desde el 3 de febrero del año 1962 el pueblo cubano es victima de las restricciones económicas, comerciales y financieras impuestas por los gobiernos norteamericanos contra Cuba. Y al parecer, en el 2010 no se avizora cambio alguno.
Miles de jóvenes, al igual que yo, nacieron en la década del 80, a las puertas del derrumbe del sistema socialista y del recrudecimiento del injusto bloqueo económico que trajo consigo el período especial; con el cual el gobierno yanqui pretendía matarnos de hambre y necesidad.
Todavía están en mi memoria los tristes recuerdos de aquella etapa. La escasez de alimentos, ropas, calzados, productos de aseo personal junto a la crisis del transporte.
Y por supuesto que a todo esto buscamos alternativas. Aún recuerdo los famosos platos de mata jíbaro (plátano pilado sazonado con ajo), que preparaba mi abuela. Mirna, la vecina, se lavaba la cabeza con la sustancia de las ramas de un árbol llamado Guácima. Y los vecinos de Jesús Menéndez, municipio ubicado a unos 15 kilómetros al este de Puerto Padre, viajaban en vehículos de tracción animal.
Así crecí lleno de necesidades. Pero jamás me faltó un plato de comida, un médico y un maestro sin tener que pagar un centavo. Esto me hizo confiar en un mañana. Y no estuvo lejano.
A finales de los años 90 se comenzó a ver un nuevo despertar en nuestra América. Surgió así la Revolución democrática de Hugo Chávez en Venezuela; la primera en brindarnos sus manos amigas mediante el suministro de combustibles con facilidades de pago.
Nace después la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), primero compuesta por Cuba y Venezuela. Más tarde lo hicieron otros seis países del área .Con el ALBA aumentó la ayuda y la cooperación económica entre nuestras naciones. Y uno de sus últimos proyectos es la creación del Sucre. Moneda que entró en vigor a partir del 27 de enero del presente año, y se utiliza en el intercambio comercial entre las naciones que integran la Alianza.
Pero, mientras los amigos ayudan, el principal enemigo de los cubanos, el gobierno de Estados Unidos, es constante en sus amenazas y agresiones ya sean económicas como ideológicas. Y así quedó demostrado hace unos días con la inclusión de Cuba en una nueva lista de países patrocinadores del terrorismo. Además, cada año se agudiza el bloqueo económico, comercial y financiero; y esto implica que existan carencias de materiales, alimentos, medicinas y otros productos necesarios para la población.
Pero les puedo asegurar, que a pesar de esas dificultades, todos recibimos asistencia médica y educacional de manera gratuita. Y al terminar el pre-universitario tenemos garantizada una carrera universitaria.
Soy un joven de 23 años. En estos momentos estudio el tercer año de Periodismo en la Universidad de Camagüey, una de las carreras más pagadas a nivel mundial. Aquí no tengo que pensar en la comida, porque mala o buena está garantizada. No tengo que pagar el hospedaje, la matrícula, ni la base material de estudio, porque todo eso el Ministerio de Educación Superior nos los pone en las manos gratuitamente.
Ahora ¿Sabes cuánto cuesta estudiar una carrera universitaria en los Estados Unidos?
Pues bien; si la universidad es del Estado lo menos que cuesta la matrícula es de 10 000 dólares por año. Si la universidad es privada puede costar el doble de esa cantidad, o sea, 20 000 dólares por año. Otra cuestión interesante es el hospedaje, por este se paga 500 dólares mensuales, equivalente a más de 5000 dólares por año.
¿Y qué decir de la base material de estudio? Esta cuesta por año unos 2000 dólares en dependencia de la carrera que se estudie. Según los cálculos una carrera como medicina cuesta 350 000 dólares en total.
¿Crees que yo, hijo de campesino, podría estudiar una carrera universitaria en los Estados Unidos? Por supuesto que no.
Es por eso que defiendo a mi Cuba Socialista, donde todos; blancos, negros, mestizos…tenemos los mismos derechos. Donde la voz del pueblo es lo primero. Un pueblo que comparte lo poco que tiene, no lo que le sobra. Y muestra de esto son las misiones solidarias en materia de salud, educación, deporte y cultura.
Los médicos cubanos llegan hoy a los lugares más intrincados de varios países del mundo para salvar vidas humanas. Nuestros maestros enseñan a leer y a escribir a millones de personas, y lograron erradicar el analfabetismo en países como Venezuela y Bolivia. Los técnicos deportivos forman atletas de alto rendimiento en todos los países del área. Nuestros instructores de arte hacen reír a niños que nunca habían reído.
Y digo más, hoy estudian de manera gratuita en todas las universidades cubanas miles de jóvenes pobres de otros países. Increíble ¿verdad? Pero cierto. Es por eso que a 48 años de la implantación oficial de esa política genocida los cubanos seguimos aquí, fieles a nuestra historia. Orgullosos de ser cubanos.
