Las Tunas-. Entre las muchas anécdotas que la doctora María Cristina Cisneros atesora del Servicio de Oftalmología que ahora dirige en el Hospital Ernesto Guevara de la oriental provincia de Las Tunas, destaca, quizá por lo reciente, la de aquel muchachito de 14 años que aparentaba tener unos 10 y al llegar a sus manos parecía más asustado que enfermo.
Cuando lo recibió le explicaron que venía desde Jobabo, municipio ubicado al sur de esta ciudad capital provincial y traía una herida en la córnea por un descuido en la manipulación de un cepillito de acero; su hermanito menor le retiró la cerda que se alojó en uno de sus ojos y la familia en pleno acudió con el infante al cuerpo de guardia médica local del que fue al instante remitido al moderno centro oftalmológico de esta ciudad.
Lo más difícil, sin embargo, vino después, porque al hacer una valoración profunda se constató que el pequeño tenía lastimado el cristalino y padecía entonces de una catarata traumática que era necesario operar con urgencia a pesar de que nunca antes se había efectuado un proceder de esa naturaleza en la todavía joven institución tunera de salud.
La doctora María Cristina confiesa ahora que no sintió el más mínimo temor ante la intervención, no solo por la experiencia diaria de un colectivo de 32 especialistas y cinco residentes que hacen entre 80 y 100 intervenciones semanalmente e incluyen pacientes de Camaguey, Holguín y otros territorios, también por el peso que le dan al trabajo en equipo y el rigor profesional fortalecido en las misiones internacionalistas en Venezuela, Ecuador, China, Bolivia, Panamá y otros países.
Así que entró al quirófano y se armó del instrumental necesario (que no tiene nada que envidiarle al de los países más desarrollados del mundo) recordando que es la catarata la primera causa de ceguera en el planeta y la responsable del 50 por ciento de la ceguera prevenible y, lo más importante, con la mira puesta en que su proceder comprometía el desarrollo visual de un adolescente.
Ahora sonríe mientras cuenta que, a todas luces, la intervención ha sido un éxito y que el niño no refiere molestia alguna transcurridos varios días, aunque continúa ingresado y con el seguimiento necesario; pero dice más: habla de las alrededor de tres mil intervenciones quirúrgicas realizadas hasta la fecha en este 2010 y de lo valioso del pesquisaje constante, posible porque ya cada área de salud en Las Tunas tiene, al menos, un oftalmólogo en activo.
Insiste en que el que dirige es un centro que “arrancó bien y ahora está mejor y va a seguir así por muchos y muchos años” y lo patenta con la incorporación al servicio de consultas que antes los tuneros recibían solo en otras provincias, tales como la oculoplastia, que atiende todo lo relacionado con las afecciones de las vías lagrimales y también la neuroftalmología.
Por todo esto tiene la certeza de que apenas están en el punto de partida y aunque muchos le recuerden que ya las consultas externas y los salones de operaciones tienen dos años de funcionamiento sostenido le parece que fue ayer; todos los días despierta apostando por más y cuenta con un colectivo abnegado que la sigue en sus sueños y lo da todo por la salud de su gente.