Por: Raúl Martes González .
Ama de casa, es frase antigua y popular, de contenido floreciente ahora entre quienes integran el Movimiento de Mujeres Creadoras. Ellas no niegan su viejo espacio; quedan en él por compromiso familiar. Pero tomaron otro de gestión social anchurosa, vinculada a la investigación de problemas con solución en las comunidades, de Puerto Padre, donde la FMC (Federación de Mujeres Cubanas) debe hacer contribución oportuna.
En sus intereses de examen, figuran satisfacer necesidades de juguetes en el Programa Educa a tu Hijo, mediante la creación de objetos artesanales útiles a niñas y niños menores de cinco años; ahondar en causas del uso incorrecto de electricidad en los hogares; también, búsquedas novedosas para intercambiar sobre historia de Cuba con las nuevas generaciones y de mejores formas de creación literaria.
Hasta hoy existe una lista de mil 500 amas de casa dedicadas al noble empeño de formación social, en la que se destacan por constancia y calidad de las investigaciones Mirta Peña, Nereyda Campo, Dulce María Herrera, Edit Castro, Marjoris Alleine y Mirta Domínguez.
Dentro de la realidad puertopadrense hay otras irregularidades que requieren estudio meditado, como el incumplimiento de deberes escolares, principalmente, en colegios primarios y de educación media; seguimiento en el quehacer formador de jóvenes que cumplieron prisión; y el papel de la familia en la escuela. Estos asuntos se incluyen a partir de este año, informó Clara Marrero Fernández, responsable municipal del Movimiento.
En la década de los 80 del siglo XX, pequeños grupos de amas de casa comenzaron su labor creadora, en bloques y delegaciones de la Federación de Mujeres Cubanas. Con el tiempo, se ha hecho taller gratuito y útil para niñas y niños del pueblo que, sin ellos, jamás llegará al ejercicio constante del bienestar colectivo.