Martes, 12 de Abril de 2011 06:48 | 
Escrito por Raúl Martes González 
La comedia con protagonismo de Kathleen Cardone y Luis Posada Carriles, puesta en escena durante más de tres meses en El Paso, Texas, ¡por fin terminó! Los días pasan. Sin embargo, el eco de voces; voces de aquella gente hipócrita que dictó sentencia en el tribunal, aun se escucha; no obstante lo desagradable al oído. Igual cae el polvo de la arcaica hojarasca judicial estadounidense a los ojos de quienes miran asombrados.
El comediante, que fue llevado a juicio por cargos migratorios en su contra y mentir a las autoridades, y no por lo que en realidad es, un terrorista internacional, tuvo el veredicto unánime de “no culpable”. Chapucia Cardone leyó la decisión.
“Bastaron menos de tres horas para que el jurado compuesto por 12 personas, en su mayoría de origen hispano, encontrara a Luis Posada Carriles inocente de los 11 cargos. Es increíble que un juicio que duró 13 semanas le tomara tan poco tiempo al jurado para hacer su veredicto”.
Esta es una reflexión de Lázaro Fariñas, periodista cubano radicado en Miami, y quien, por la objetividad de sus trabajos, publica con frecuencia en las páginas del diario Juventud Rebelde.
Si recordamos las imágenes, cientos de veces repetidas, sobre cómo autoridades migratorias de Estados Unidos recibieron y trasladaron a Posada, nos damos cuenta de que no fue un trato a un asesino, sino a un amigo, a uno de sus “patriotas”. Entonces, ¿cómo creer que iba a ser sancionado?
Hay tantos argumentos presentados, entre ellos de expertos cubanos acerca del atentado de Barbados, en el que murieron 73 personas, la serie de explosiones, una de las cuales mató a Fabio Di Selmo, joven italiano vinculado a actividades turísticas, en La Habana; también pruebas de una reportera del periódico The New York Times a la que Posada confirmó estos hechos, que cualquiera pudo haber creído, al menos esta vez, en que el derecho estadounidense no haría el ridículo.
Yo estoy entre quienes son reacios a creer que el gobierno de Estados Unidos es capaz de hacer algo legal. Así lo recoge la historia de esa nación.
A su vez, desconozco cuáles son las virtudes de esas 12 personas del tribunal, en definitiva todos tenemos virtudes; como, también, poseemos defectos; pero, me niego a pensar que en ellas la justicia sea una dignidad.
No es una ofensa considerarlo así; pues, la virtud está en nuestra conciencia como concepto ético, con el que apreciamos los actos de significación positiva. Tampoco son creíbles en ellas nociones del deber. En uno y otro caso su acto fue el de declarar “no culpable” a un asesino internacional. Es muestra de que en el lodazal, enraíza la justicia estadounidense.
