El Primero de Mayo es día de sacudimiento universal que excita las ideas de obreros y campesinos al frente del resto de los trabajadores. Ideas con mensajes diversos; porque los pueblos son, también, desemejantes: en unos; hay demandas; en otros, acompañamientos, o ambas conductas, a su vez.
Primero, la historia en Puerto Padre habla de un tiempo marcado por el carácter indecoroso del trabajo, sobre todo en la industria azucarera y la agricultura; de ahí las peticiones proletarias que parecían no tener fin ni tiempo de solución. ¡Era tanto el desinterés gubernamental!
Aquí la dejadez del estado tuvo punto final hace más de 50 años. “Hoy la vida es diferente en mi tierra”, dice con sonrisa de viejo sabio Andrés Castellanos Montero (ACM), un hombre que en 1934 desempeñaba el cargo sindical de representante de los obreros de la colonia Hermanos Leyva, en Delicias. Entonces tenía solo 14 años.
Ahora él lleva una vida de obrero jubilado; y aún con 87 años de edad, cree tener responsabilidades en el desfile por el Día Internacional de los Trabajadores. Sencilla y naturalmente, no puede quedar en casa.
(P) ¿Alguna vez usted dejó de participar?
(ACM) Yo nunca he dejado de participar en las actividades por el Primero de Mayo. Desde muy jovencito lo hago.
(P) Durante tanto tiempo, ¿qué lo entusiasma?
(ACM) Es el Día de los Trabajadores. Es el día que los trabajadores le demuestran al mundo el nivel de unidad, el nivel de combatividad, el nivel de revolucionario que el pueblo ha ido adquiriendo. Creo que es el día más grande que tienen los trabajadores. El Primero de Mayo para nosotros, en el capitalismo significaba un día de lucha y de batalla por conquistar reivindicaciones de los trabajadores. Los desfiles se hacían con cartelones nada más, llenos de demandas, planteando los problemas.
En la Revolución, que ya la clase obrera está en el poder y como dueños que somos del poder, pues lo que hacemos es expresar nuestro respaldo a la Revolución, la voluntad de continuar luchando en la construcción del socialismo.
Desde el comienzo de la Revolución, los desfiles eran de apoyo y consolidación total a las leyes revolucionarias, a la industrialización del país y demás cambios que fueron propuestos al pueblo. Antes desfilábamos por toda la avenida, el malecón, por las mismas áreas de ahora. Yo recuerdo que la gente de Delicias venía a pie hasta Puerto Padre (6 kilómetros), con cartelones. La gente pedía la expulsión de los americanos y la intervención de sus centrales.
(P) Si en algún momento no se celebrara el desfile por el Primero de Mayo, ¿qué usted sentiría?
(ACM) Yo creo que mientras exista la clase obrera en el poder, no se puede dejar de celebrar el Primero de Mayo; porque el Primero de Mayo es la oportunidad de estar y demostrar de lo que somos capaces de hacer los trabajadores. No me sentiría nada bien.
(P) ¿Cuál es su opinión sobre el tradicional desfile, en Puerto Padre?
(ACM) Como tal, lo veo bien. Cada año los trabajadores participan con mucho entusiasmo. Pienso que es masivo y de mucho colorido. Yo creo que pudiera ser superior, sí celebramos la ocasión con crecimientos constantes de la producción y productividad del trabajo.
(P) ¿Entonces se transita por buen camino?
(ACM) Sí, como no. Y siempre tratando de mejorar nuestro socialismo. La esperanza de nosotros es mejorar. Estamos en una etapa de cambio. Estoy seguro de que vamos por muy buen camino. Por él seguimos a Lázaro Peña, Jesús Menéndez y tantos otros consagrados dirigentes de los trabajadores a lo largo de nuestra historia. Lo que hoy hacemos tiene mucho significado, porque lo hacemos pensando en ellos.
El pueblo vive hoy un día de celebración que, por asentimiento, es universal. Le es raíz su libertad e interés de hacer. Pero “poseer algo no es más que el deber de emplearlo bien”, para que de esta utilidad se nutran las venideras conmemoraciones del Día Internacional de los Trabajadores.