Viernes, 27 de Abril de 2012 17:16 | Escrito por Julián Puig Hernández | | |
Sin lugar a dudas la Academia de Boxeo Pedro Sotto Alba,
de Puerto Padre, necesita atenciones para que los pupilos de Regino
Chapman Mullings alcancen el espacio a que aspira su entrenador.
En medio de un desarrollo deportivo en el territorio, que está muy distante del obtenido hace algunas décadas, donde sólo se circunscribía a un grupo de especialidades contables con los dedos de una mano, el boxeo dejó de tener el espacio preponderante de los años 70 del pasado siglo.
Fue en aquellos tiempos que su actual inspirador chocó sus guantes con disímiles contrincantes y se trajo a casa no pocas medallas nacionales, al tiempo que formó parte de la escuadra cubana en varios certámenes internacionales.
Pero no debe olvidarse que hoy las exigencias técnicas no eran como las de antaño, cuando los boxeadores se presentaban por su propia voluntad, tuvieran o no condiciones somáticas, pues los expertos creados por la Escuela Cubana del Boxeo, entre los que se encuentra el propio Regino, ha provisto de conocimiento suficiente a sus egresados con el propósito de minimizar el camino y llevar al ring a aquellos que tienen cualidades primarias para desenvolverse.
Ahora hay alumnos (más de veinte de cuarto a sexto grado) provenientes de distintas escuelas del municipio, sobre todo en Puerto Padre, que son atendidos después de las cuatro de la tarde, cuando concluyen sus responsabilidades estudiantiles.
Estos pequeños boxeadores no vienen por su propia cuenta, debe traerlos el entrenador; es decir, que las preparaciones comienzan por ello algo tardías, aunque no por eso menos rigurosas.
Con el propósito de minimizar este proceso, la Dirección municipal de Deportes habilitó albergues en el Estadio Hermanos Ameijeiras, sin embargo a principios de este año se decidió hacer algunas inversiones que dieron al traste con el cierre de este espacio; no obstante Regino busca alternativas que no tendrán oídos sordos.
Es así como se demuestra amor al deporte, a lo que cada uno hace, sin cejar en el empeño de formar buenos atletas, no sólo por su excelente preparación sino además en virtud de su altruismo.
¿Colapsó la Academia? De ninguna manera, sigue funcionando, aunque sin la garantía de un tiempo suficiente dando golpes a un saco que parece, al principio, demasiado grande para unos niños dispuestos a demostrar lo contrario.
¿Cuándo se resolverá la situación y cuál es la propuesta? Existe un área cerca del propio cuadrilátero donde se hacen los entrenamientos y que tiene toda la higiene necesaria y seguridad indiscutibles. La alimentación no es un problema tampoco pues el presupuesto para ello no se afectó.
¿Por qué aparecen estas alternativas? Muy sencillo, porque hay una voluntad imperecedera de un entrenador que ama lo que hace y busca, sin cansarse, los espacios para hacer valer sus propuestas de solución; igual que cuando era atleta y su contrincante le parecía demasiado fuerte y debía, bajo cualquier circunstancia ganarle la pelea.
Estos atletas no sólo deben ser responsables, disciplinados y constantes en su quehacer deportivo, es responsabilidad del entrenador entrevistarse esporádicamente con los maestros y directivos de la escuela de donde provienen para monitorear su desempeño intelectual.
Si queremos un ser humano mejor preparado para el futuro, además de poseer un cuerpo sano, debe andar por igual derrotero su mente y esa es en sentido general la carta de triunfo que sin dudas tiene, no sólo en Boxeo, sino todas las disciplinas del deporte revolucionario cubano.
En medio de un desarrollo deportivo en el territorio, que está muy distante del obtenido hace algunas décadas, donde sólo se circunscribía a un grupo de especialidades contables con los dedos de una mano, el boxeo dejó de tener el espacio preponderante de los años 70 del pasado siglo.
Fue en aquellos tiempos que su actual inspirador chocó sus guantes con disímiles contrincantes y se trajo a casa no pocas medallas nacionales, al tiempo que formó parte de la escuadra cubana en varios certámenes internacionales.
Pero no debe olvidarse que hoy las exigencias técnicas no eran como las de antaño, cuando los boxeadores se presentaban por su propia voluntad, tuvieran o no condiciones somáticas, pues los expertos creados por la Escuela Cubana del Boxeo, entre los que se encuentra el propio Regino, ha provisto de conocimiento suficiente a sus egresados con el propósito de minimizar el camino y llevar al ring a aquellos que tienen cualidades primarias para desenvolverse.
Ahora hay alumnos (más de veinte de cuarto a sexto grado) provenientes de distintas escuelas del municipio, sobre todo en Puerto Padre, que son atendidos después de las cuatro de la tarde, cuando concluyen sus responsabilidades estudiantiles.
Estos pequeños boxeadores no vienen por su propia cuenta, debe traerlos el entrenador; es decir, que las preparaciones comienzan por ello algo tardías, aunque no por eso menos rigurosas.
Con el propósito de minimizar este proceso, la Dirección municipal de Deportes habilitó albergues en el Estadio Hermanos Ameijeiras, sin embargo a principios de este año se decidió hacer algunas inversiones que dieron al traste con el cierre de este espacio; no obstante Regino busca alternativas que no tendrán oídos sordos.
Es así como se demuestra amor al deporte, a lo que cada uno hace, sin cejar en el empeño de formar buenos atletas, no sólo por su excelente preparación sino además en virtud de su altruismo.
¿Colapsó la Academia? De ninguna manera, sigue funcionando, aunque sin la garantía de un tiempo suficiente dando golpes a un saco que parece, al principio, demasiado grande para unos niños dispuestos a demostrar lo contrario.
¿Cuándo se resolverá la situación y cuál es la propuesta? Existe un área cerca del propio cuadrilátero donde se hacen los entrenamientos y que tiene toda la higiene necesaria y seguridad indiscutibles. La alimentación no es un problema tampoco pues el presupuesto para ello no se afectó.
¿Por qué aparecen estas alternativas? Muy sencillo, porque hay una voluntad imperecedera de un entrenador que ama lo que hace y busca, sin cansarse, los espacios para hacer valer sus propuestas de solución; igual que cuando era atleta y su contrincante le parecía demasiado fuerte y debía, bajo cualquier circunstancia ganarle la pelea.
Estos atletas no sólo deben ser responsables, disciplinados y constantes en su quehacer deportivo, es responsabilidad del entrenador entrevistarse esporádicamente con los maestros y directivos de la escuela de donde provienen para monitorear su desempeño intelectual.
Si queremos un ser humano mejor preparado para el futuro, además de poseer un cuerpo sano, debe andar por igual derrotero su mente y esa es en sentido general la carta de triunfo que sin dudas tiene, no sólo en Boxeo, sino todas las disciplinas del deporte revolucionario cubano.