El
obrar de un pueblo, bisoño en andares de organización, comenzaba a
concretar aspiraciones. Desde el barrio se juntaban hombres y mujeres
para cuidar la conquista mayor: la libertad. Un líder, el mismo que
había conducido la lucha en la sierra y los llanos, Fidel Castro Ruz, emprendía con el verbo aglutinador la creación de los Comités de Defensa de la Revolución.
A la convocatoria del 28 de septiembre
de 1960 acudían campesinos, intelectuales, estudiantes, obreros; blancos
y negros, para dar culto a la dignidad plena del hombre y la mujer. Así
toda Cuba se unía en torno a las estructuras que fueron fundándose. Los primeros años eran de vigilancia porque el enemigo estaba acechando constantemente la Revolución que se había logrado a sangre y sudor de muchas generaciones de combatientes por más de un siglo. Otras tareas como las donaciones de sangre, trabajos voluntarios ocupan la agenda de quienes voluntariamente se habían integrado a los Comités de Defensa de la Revolución, CDR.
En las cuadras las familias además cooperan con materias primas reciclables y su recogida es avalada por los aportes a la economía. Envases de cristal, papel, cartón, aluminio, y otros se donan desde las casas en gesto de contribución desinteresada.
Desde aquel 28 de septiembre a la fecha transcurrieron 55 años. El hacer en las cuadras se reverdece y asume nuevas encomiendas con la misma esencia de las razones por las cuales fue creada la organización en 1960: defender la Revolución de las acciones imperialistas.
En cada barrio la alegría hoy exalta tras la velada nocturna que se suscitó alrededor de la tradicional caldosa y el entusiasmodel vecindario. El jolgorio también encontró espacio en Puerto Padre, donde más del 90 por ciento de la población mayor de 14 años está integrada a los CDR.
Previo a la conmemoración en el municipio se realizaron actividades de reconocimiento a los fundadores y miembros más destacados, así como a los dirigentes y zonas de sobresalientes resultados.
Amor propio por la organización se transpira en Puerto Padre, como en toda la Isla, razones sobran para la celebración: 55 años de hacer desde el barrio.