UN HURACÁN DE SOLIDARIDAD Y HERMANDAD.
POR CARLOS VELÁZQUEZ HERNÁNDEZ
Hace muchos años había sentido la necesidad de un día cualquiera volver al lugar donde nací, a la escuela donde asistí por primera vez, a la casa vieja de madera y zinc donde di mis primeros pasos, allí donde ingresé a la Unión de Pioneros de Cuba hoy Organización de Pioneros José Martí, en fin volver a caminar entre el polvo y la maleza y compartir con aquellas personas que aún recuerdo con cariño.
A los pocos días del paso por esta región del Huracán Ike, tuve noticias que aquel lugar al que añoraba volver había sido seriamente dañado por las fuerzas del meteoro, unas pocas casas habían quedado en pie y había sido muy dañada la escuela y la bodega, con esta información fortalecí los deseos de volver a Los Hoyos, ubicado a unos 14 kilómetros al norte de Chaparra.
Gracias al esfuerzo de mi familia el pasado domingo 12 pude cumplir el compromiso conmigo mismo de volver a mis raíces, sin embargo quedé sorprendido al llegar al lugar y apreciar lo que había sido capaz de hacer aquel fiero huracán. El primer lugar visitado fue la escuela Reytel Jorge Velázquez, construida en el año mil 960 y de donde guardo recuerdos que dejaron huellas en mi mente pues allí cursé del tercer al sexto grado. Sentí dolor y pena por todo lo que veía a mi paso, sin embargo encontré a familiares y amigos dispuestos a seguir adelante y sobre todo ayudarse entre sí para lograr una recuperación rápida, encontré decenas de personas no cruzadas de brazos contemplados los daños, encontré a decenas laborando en las viviendas, en la escuela en la bodega.
Aquel esfuerzo de todos me demostró que los valores desarrollados por nuestro pueblo se ponían de manifiesto en cada lugar y en cada vivienda destruida o no. Vi en aquel lugar un nuevo huracán, pero un huracán de solidaridad y de hermandad.
