Llegue el homenaje a todas las trabajadoras de Círculos Infantiles con este material de un colega nuestro. FELICIDADES.
Palacios como casa de familia son los círculos infantiles. A ellos tienen oportunidad de ingresar hijos pequeños de las madres trabajadores y su utilidad data desde principios de la década de 1960. El Antonio Barrera fue el primero de ellos construido por la Revolución, en Puerto Padre.
A su llegada, encuentran en el juego educativo las primeras manifestaciones de colectivismo, de amor a la naturaleza, la actividad laboral y el establecimiento de relaciones de convivencia entre seres humanos solidarios.
Esencia en el círculo infantil es preparar a estos pequeños, primero, en sus nuevos pasos de alumnos atentos antes de llegar a responsabilidades mayores. Solamente mujeres los llevan de la mano para su ingreso a los niveles superiores de educación.
Los jardines de la infancia llamaron la atención desde el inicio, en Puerto Padre, por ser idea nueva para solucionar la permanencia de la mujer en las actividades laborales.
Pero fue tanto el interés por su servicio, que ahora las capacidades en cinco círculos son insuficientes para satisfacer las necesidades.
Si hay goce supremo, uno es el de verlos juntos correteando libres o cogidos de las manos con sonrisa franca, en imitación de lo que pueden ser los nuevos miembros de una sociedad de riqueza espiritual.
Hoy 10 de abril se celebra la fiesta por el acontecimiento, en el que niñas y niños ascienden para ocupar un espacio exclusivo, reservado por la Revolución para quienes con el tiempo llegan a ser los protagonistas del futuro.
