Por: Julián Puig Hernández.
Una de las profesiones que actualmente tiene la misión de abonar el camino para disponer de un futuro mejor es la Psicología. El pasado año, como fruto de la Universidad municipal, se graduaron más de una docena de jóvenes y al finalizar el actual curso, una cifra superior debe irse a casa con el título.
Esta profesión tiene una aplicación práctica muy encomiable, sobre todo en la formación de las nuevas generaciones. Un ejemplo de este empeño está en el Centro de Salud Mental, a donde asisten muchos adolescentes y jóvenes que constituye la mayoría de los casos expedientados.
“Los psicólogos, de manera general, atendemos a los jóvenes y adolescentes igual que al resto de la población, pero en este caso se atienden de una manera específica porque a nivel de la población la mayor cantidad de pacientes son niños y jóvenes”, nos dice la psicóloga Mirtha Cruz Álvarez, especialista de esta institución.
Allí se les da seguimiento a las muchachas y a los muchachos con intento suicida y adolescentes, fenómeno que en los últimos tiempos han aumentado. También reciben asistencia profesional los jóvenes con trastornos de conducta que además tienen un seguimiento porque obviamente esto trae consigo desajustes de personalidad.
Ahora bien, ¿qué se conoce por Trastorno de Conducta? Es cuando incurren en algún delito que requiere un seguimiento por parte del oficial de menores, por psicólogos y psiquiatría infantil. Esta última especialidad lo atiende hasta los dieciocho años, once meses y veintinueve días, a partir de ahí pasa a psiquiatra de adulto.
Todos esos casos se priorizan en Salud Mental porque son de aquellas patologías que permiten una previsión en la conducta del paciente. En ese fenómeno está la violencia, problema que necesita un seguimiento profesional por sus implicaciones sociales.
Los sicólogos, de manera general, trabajan en las consultas con las distintas patologías; por ejemplo, se atienden muchos adolescentes inadaptados a la escuela, los que piden hacer cambios de enseñanza; también es tratado el tema de los estudiantes que, siendo muy inteligentes, prefieren hacer una carrera de oficio para no internarse y entonces optan por quedarse en Puerto Padre.
Eso trae consigo que muchos estudiantes, cuyo coeficiente de inteligencia no es el óptimo, pero tienen más persistencia ante el sacrificio que entraña alejarse de la familia y asumir el reto de aprender a sobrevivir sin el amparo de sus progenitores, son los que acceden al preuniversitario y por ende a las mejores becas.
La totalidad de los sicólogos del territorio están incorporados a la universalización de la enseñanza y esto ayuda porque de esa manera se ayuda a los jóvenes de dos formas: docente y educativa.
Los medios de difusión del territorio, por su parte, también colaboran ostensiblemente en este empeño, como por ejemplo con el programa “Mírate”, del Canal Azul, dirigido específicamente a ese grupo de edades. Aquí se tratan temas como el embarazo en la adolescencia, formación de valores, enfermedades de transmisión sexual y el consumo de estupefacientes y de alcohol.
Una cuestión muy curiosa es que a las consultas de psicología están asistiendo jóvenes y adolescentes interesados en dejar de fumar. Esto tiene una lectura laudable por cuanto denota un mejoramiento en la ascensión cultural de ellos, y porque además el Equipo de Salud Mental realiza en las escuelas audiencias sanitarias sobre el efecto negativo de las drogas y del alcohol.
Son atendidos, de manera especial, los jóvenes portadores del VIH, porque la enfermera que atiende este particular, remite todos los casos que deben llevar una valoración psicológica. Reciben tratamiento profesional estos pacientes pues esto acarrea una repercusión psíquica, trastornos en el comportamiento y conductas suicidas, entre tantas consecuencias contenidas en este “efecto dominó”.
Los psicólogos tienen la misión de amortizar la depresión e incluso los que tienen dificultades con el aprendizaje.
En los estudios de terreno se da cuenta de locaciones del municipio donde se manifiestan más algunas patologías que otras, porque hay en unas proclividades al suicidio y en otras al alcoholismo. Estas conductas que los jóvenes copian consciente o inconscientemente requieren la pericia y el concurso urgente de estos profesionales pues de no atenderse a tiempo, los problemas sociales del futuro serán más difíciles de solucionar y esto constituye un factor de riesgo que no puede soslayarse.
El Grupo de Salud Mental lo integra, un Médico General Integral, un Psiquiatra, una enfermera, un psicólogo, las técnicas en psicometría y en rehabilitación.
Pero ahí no queda el accionar de estos profesionales, porque van del plano individual al grupal pues además desarrollan la llamada “Terapia familiar” que permite a todos los integrantes de un hogar disponer de herramientas profesionales para mejorar la convivencia y con ello, por supuesto, la estabilidad matrimonial, que a su vez favorece una cultura de respeto y tolerancia entre los miembros de la familia.
Es así como día a día estos obreros de la espiritualidad andan por las encrucijadas venosas del cerebro humano y social, en busca, dentro de esa amalgama de bifurcaciones, el camino para llegar al corazón.
Se busca un camino para llegar al corazón
Publicado por Lic. Carlos Velázquez Hernández en 6:28 p. m.
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