Por : Carlos Velázquez Hernández.
Próximo a celebrarse el día de los padres, quisiera rendirles el más grande de los homenajes a un hombre de cualidades inigualables, de corazón extraordinario y de sonrisa dulce que me guió y me educó desde que di mis primeros pasos.
Revolucionario sin tacha, antes del triunfo revolucionario fue apresado en varias ocasiones por los guardias de Batista, encarcelado y golpeado para hacerlo hablar, lo que no consiguieron nunca, porque así era mi padre, sereno pero rebelde ante lo injusto, por lo que en varias ocasiones estuvo cerca de la horca.
De hablar pausado cómo si meditara siempre lo que quería decir, le costaba trabajo enfadarse, nunca se le escuchaba pronunciar ofensas o palabras obscenas.
Fue un hijo pródigo, un padre ejemplar, un esposo fiel, un amigo sincero, para mí y para mis hermanos constituyó un ejemplo de hombre sin tachas, la sinceridad y la honradez fueron valores que defendió desde muy joven y nos las enseñó desde que éramos pequeños.
Al morir aquel 24 de febrero de año 2003 a los 84 años, era militante del Partido Comunista de Cuba y miembro de las organizaciones de masas a las que dedicaba horas de mucho trabajo y de las que recibió innumerables reconocimientos.
Hoy cuando a través de mi página personal les rindo este tributo, seguro que el día 21 colocaré flores en su tumba y una vez más pronunciaré en voz baja…. Descansa en paz, que muy bien cumpliste la obra de la vida.
