El que me lea hoy pensará que mi actualización es vieja, sin embargo para los colegas del gordo esta nunca será una información vieja, siempre lo tendremos presente en nuestros corazones. Lo conocí cuando apenas ambos teníamos 15 años, allá en los campos del norteño Municipio Jesús Menéndez, fuimos desde entonces verdaderos amigos.
Agradezco a Miguel todo este relato y por lo que representa para mi, decidi publicarlo en mi blog.
Miguel Díaz Nápoles
El pasado domingo 15 de agosto he tenido un día terriblemente triste, y me he puesto nervioso cuando en el programa de debate Primer Día, que conduzco en Radio Victoria, le hemos rendido un pequeño homenaje al amigo y colega Alexis Pérez Sánchez, el Gordo, quien se despidió de la vida el sábado sin avisar, víctima de un ataque cardíaco.
Alexis fue uno de los panelistas de Primer Día en los últimos años. Cada domingo, desde las 8:00 de la mañana, comenzábamos a hacer la prueba de mesa sobre el debate de turno, y formábamos nuestras buenas discusiones, porque él era de los que defienden sus criterios hasta el final.
Alexis, con sus 58 años, en una de sus imágenes más recientes (Foto: Yaciel de la Peña/Agencia Cubana de Noticias)
Es difícil, en extremo, aceptar que Alexis ya no está, que no me llame, que no nos veamos en la Casa de la Prensa, o que nos estrechemos las manos cada domingo en la mañana. Hoy, mientras llegaba a la emisora, me parecía que, como siempre, me estaría esperando para meterse conmigo después del saludo.
Hace más de 20 días tuvo un dolor en el pecho y lo ingresaron en la sala de terapia intensiva del servicio de Cardiología del hospital provincial Ernesto Guevara, en la oriental ciudad de Las Tunas, donde vivo. A los tres días lo pasaron para Intermedia y fui a verlo, y conversamos largo rato de la vida, pero sobre todo de nuestra apasionante profesión, y en sus ansias estaba el regresar lo más rápidamente posible al programa, porque como periodista era de los que ejercen el criterio todos los días.
Dos días después, pensando que le habían dado de alta, lo llamé a la casa y el hijo me dijo que estaba en Intensiva, porque había sufrido un infarto, pero aun así, en estado grave, tuve la certeza de que no iba a morir, y en efecto, rebasó su dolencia y nuevamente en la sala de Intermedia, me comunicaron que lo llevarían al Cardiocentro de la ciudad de Santa Clara, en el centro de Cuba, y como no pude ir a verlo el día antes lo llamé por teléfono y con mucho optimismo me contó que estaba bien, tranquilo, confiado, que lo llevarían para hacerle una coronografía y ver la conducta a seguir y de paso limpiarle una de válvulas del corazón. "Sé que voy a ir y a regresar bien porque mis dos pequeños nietos son mi vida y me inspiran vivir", me dijo. Entonces le di ánimo y le dije que me iba con él, a lo que me respondió: "Y yo a ti te llevo en el corazón".
Tres o cuatro días después llamé a Elbita, su esposa, para preguntarle que si le habían hecho la prueba y con alegría me dijo que todo había salido bien, que regresaba ese mismo sábado por la tarde, y cuando lo llamé por la noche estaba contento y quedamos de vernos al otro día.
El domingo pasado, día 8, después de terminar Primer Día fui a su casa, y luego del abrazo lo primero que me preguntó fue por el tema tratado, por los detalles y hablamos por un buen rato, y me contó de la esmerada atención en el Cardiocentro santaclareño, de la excelencia de la medicina cubana, del alta recibida, de su vida normal después de un descanso y de regresar a Primer Día, lo más rápidamente posible, lo que en verdad nos hacía -nos hace- una falta tremenda.
Durante la semana hablamos dos veces creo, y el viernes por la noche, el Gordo andaba por Facebook, y al ver unas fotos que su amigo Yaciel había publicado de la pequeña y preciosa hija de Yaimara Cruz, otra de nuestras panelistas, Alexis le escribió a Yaimara lo que quizás fuera lo último que hizo en la red social: "Linda, muy linda... Debes prepararla para Primer Día. Beso a las dos..." ¡Era obsesión lo que tenía con Primer Día, porque se sentía realizado denunciando lo mal hecho!
Yo me fui a la cama después de ver una película, y extrañamente me desperté por la madrugada, sin precisar la hora, cuando generalmente duermo la noche entera hasta que suena el despertador automático del teléfono, pero volví a tomar el sueño y el teléfono sonó aún de noche.
Como estoy de vacaciones y era sábado no había puesto el despertador, por lo que, al despertarme, enseguida pensé en eso (tengo la costumbre de que cuando suena el despertador a las 5:30 de la mañana descuelgo el auricular y lo cuelgo inmediatamente) por lo que me di cuenta de que era una llamada y una llamada por la madrugada casi siempre supone una mala noticia. Contesté con el corazón en la mano, y conocí la voz de Gerardo, el jefe de Información del semanario 26, quien me preguntó: "Migue, ¿estás despierto?", para decirme a rajatabla: "Alexis acaba de fallecer".
Fue como si me hubiesen dado corriente en el cuerpo. ¿Cómo era posible si Alexis estaba bien? No, no era verdad, tenía que haber una equivocación, pero Gerardo me confirmó que por lo que le habían dicho había tenido un ataque cardíaco y que todavía estaba en el hospital.
Eran las 5:00 de la mañana, y enseguida llegaron otras llamadas de amigos para confirmar la cruda realidad: el Gordo se había despedido de la vida sin avisar y después supimos que había sido por una descompensación súbita de la diabetes que le provocó el paro cardíaco.
Así, de esa forma absurda, triste, cruel, Alexis se nos iba, con sus 58 años de entusiasmo y entereza, en medio de tantos planes, de tantos sueños, de tantas metas personales y profesionales.
Así, se fue mi amigo de más de 20 años, con quien discutía en lo profesional y algunas veces en lo personal, pero a quien me unía una hermandad inquebrantable, porque el carismático Gordo era irremediablemente bueno, servicial, amigo leal.
Y termino este triste relato con lo mismo que dije esta mañana en Primer Día: "No porque te hayas ido tu voz se apagará; por el contrario, siempre estará con nosotros en las discusiones francas, en el debate sobre los temas que preocupan a la población".
Miguel Díaz Nápoles
El pasado domingo 15 de agosto he tenido un día terriblemente triste, y me he puesto nervioso cuando en el programa de debate Primer Día, que conduzco en Radio Victoria, le hemos rendido un pequeño homenaje al amigo y colega Alexis Pérez Sánchez, el Gordo, quien se despidió de la vida el sábado sin avisar, víctima de un ataque cardíaco.
Alexis fue uno de los panelistas de Primer Día en los últimos años. Cada domingo, desde las 8:00 de la mañana, comenzábamos a hacer la prueba de mesa sobre el debate de turno, y formábamos nuestras buenas discusiones, porque él era de los que defienden sus criterios hasta el final.
Alexis, con sus 58 años, en una de sus imágenes más recientes (Foto: Yaciel de la Peña/Agencia Cubana de Noticias)
Es difícil, en extremo, aceptar que Alexis ya no está, que no me llame, que no nos veamos en la Casa de la Prensa, o que nos estrechemos las manos cada domingo en la mañana. Hoy, mientras llegaba a la emisora, me parecía que, como siempre, me estaría esperando para meterse conmigo después del saludo.
Hace más de 20 días tuvo un dolor en el pecho y lo ingresaron en la sala de terapia intensiva del servicio de Cardiología del hospital provincial Ernesto Guevara, en la oriental ciudad de Las Tunas, donde vivo. A los tres días lo pasaron para Intermedia y fui a verlo, y conversamos largo rato de la vida, pero sobre todo de nuestra apasionante profesión, y en sus ansias estaba el regresar lo más rápidamente posible al programa, porque como periodista era de los que ejercen el criterio todos los días.
Dos días después, pensando que le habían dado de alta, lo llamé a la casa y el hijo me dijo que estaba en Intensiva, porque había sufrido un infarto, pero aun así, en estado grave, tuve la certeza de que no iba a morir, y en efecto, rebasó su dolencia y nuevamente en la sala de Intermedia, me comunicaron que lo llevarían al Cardiocentro de la ciudad de Santa Clara, en el centro de Cuba, y como no pude ir a verlo el día antes lo llamé por teléfono y con mucho optimismo me contó que estaba bien, tranquilo, confiado, que lo llevarían para hacerle una coronografía y ver la conducta a seguir y de paso limpiarle una de válvulas del corazón. "Sé que voy a ir y a regresar bien porque mis dos pequeños nietos son mi vida y me inspiran vivir", me dijo. Entonces le di ánimo y le dije que me iba con él, a lo que me respondió: "Y yo a ti te llevo en el corazón".
Tres o cuatro días después llamé a Elbita, su esposa, para preguntarle que si le habían hecho la prueba y con alegría me dijo que todo había salido bien, que regresaba ese mismo sábado por la tarde, y cuando lo llamé por la noche estaba contento y quedamos de vernos al otro día.
El domingo pasado, día 8, después de terminar Primer Día fui a su casa, y luego del abrazo lo primero que me preguntó fue por el tema tratado, por los detalles y hablamos por un buen rato, y me contó de la esmerada atención en el Cardiocentro santaclareño, de la excelencia de la medicina cubana, del alta recibida, de su vida normal después de un descanso y de regresar a Primer Día, lo más rápidamente posible, lo que en verdad nos hacía -nos hace- una falta tremenda.
Durante la semana hablamos dos veces creo, y el viernes por la noche, el Gordo andaba por Facebook, y al ver unas fotos que su amigo Yaciel había publicado de la pequeña y preciosa hija de Yaimara Cruz, otra de nuestras panelistas, Alexis le escribió a Yaimara lo que quizás fuera lo último que hizo en la red social: "Linda, muy linda... Debes prepararla para Primer Día. Beso a las dos..." ¡Era obsesión lo que tenía con Primer Día, porque se sentía realizado denunciando lo mal hecho!
Yo me fui a la cama después de ver una película, y extrañamente me desperté por la madrugada, sin precisar la hora, cuando generalmente duermo la noche entera hasta que suena el despertador automático del teléfono, pero volví a tomar el sueño y el teléfono sonó aún de noche.
Como estoy de vacaciones y era sábado no había puesto el despertador, por lo que, al despertarme, enseguida pensé en eso (tengo la costumbre de que cuando suena el despertador a las 5:30 de la mañana descuelgo el auricular y lo cuelgo inmediatamente) por lo que me di cuenta de que era una llamada y una llamada por la madrugada casi siempre supone una mala noticia. Contesté con el corazón en la mano, y conocí la voz de Gerardo, el jefe de Información del semanario 26, quien me preguntó: "Migue, ¿estás despierto?", para decirme a rajatabla: "Alexis acaba de fallecer".
Fue como si me hubiesen dado corriente en el cuerpo. ¿Cómo era posible si Alexis estaba bien? No, no era verdad, tenía que haber una equivocación, pero Gerardo me confirmó que por lo que le habían dicho había tenido un ataque cardíaco y que todavía estaba en el hospital.
Eran las 5:00 de la mañana, y enseguida llegaron otras llamadas de amigos para confirmar la cruda realidad: el Gordo se había despedido de la vida sin avisar y después supimos que había sido por una descompensación súbita de la diabetes que le provocó el paro cardíaco.
Así, de esa forma absurda, triste, cruel, Alexis se nos iba, con sus 58 años de entusiasmo y entereza, en medio de tantos planes, de tantos sueños, de tantas metas personales y profesionales.
Así, se fue mi amigo de más de 20 años, con quien discutía en lo profesional y algunas veces en lo personal, pero a quien me unía una hermandad inquebrantable, porque el carismático Gordo era irremediablemente bueno, servicial, amigo leal.
Y termino este triste relato con lo mismo que dije esta mañana en Primer Día: "No porque te hayas ido tu voz se apagará; por el contrario, siempre estará con nosotros en las discusiones francas, en el debate sobre los temas que preocupan a la población".