María Eugenia, al igual que Manuel o Antonio, ahora tiene una preocupación menos; pues, ya puede hacerse pruebas de glicemia en su propia casa. Desde el primero de agosto se vende el Glucómetro en la red de farmacias, de Puerto Padre, para pacientes diabéticos insulinos dependientes.
El aerómetro, instrumento de medir la cantidad de azúcar que contiene una disolución, está en oferta por primera vez a un precio de 35 pesos.
La oferta de biosensores consistentes en 20 agujas y similar número de tirillas, todo por 12 pesos, acompaña el suceso de beneficio social.
Con antelación, trabajadores representantes de varias boticas fueron capacitados, con el objetivo de entrenar a las personas en el instante de la adquisición, sobre formas de proceder al usar el equipo.
La directora municipal de farmacias, licenciada Miriela Fraites Céspedes, comparó que antes los pacientes debían acudir a un policlínico para la prueba, algunos con residencias muy distantes del lugar donde se encuentra el centro de salud. Ahora saben cómo está su glicemia sin salir del hogar.
En Puerto Padre el nivel de ciudadanos con este tipo de trastorno es de 0,0078 por ciento, de acuerdo con el registro farmacéutico que incluye a 720 enfermos de diabetes.
Importar como se ha hecho con el Glucómetro para satisfacer una necesidad, que en este caso es cuidar la salud humana, refleja, una vez más, determinación de lo esencial.
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