La
consternación sobreviene hoy en toda la isla. Una mujer intensa deja de
existir físicamente y se incorpora al pelotón del ejemplo eterno. Una
mujer que en su caminar por la vida se entregó a la más noble de las
causas, dice adiós de pronto y nos humedece los ojos, porque, a pesar de
la avanzada edad y de la diabetes que desde hace años le daba quehacer,
la sentimos joven, necesaria.
Melba Hernández Rodríguez del Rey,
protagonizó historias hermosas vinculadas a la lucha por la definitiva
liberación. Entre los asaltantes al Moncada, el 26 de julio de 1953,
estuvo y soportó junto a Haidée Santamaría, los atropellos e insultos de
los batistianos. Fue testigo de las torturas a las que fueron sometidos
sus compañeros de aquella gesta, liderada por Fidel Castro Ruz.
Desde la prisión continuó la lucha, cuentan que nunca hubo un lamento, al contrario vigorizaba en ella el sentimiento patrio. Ya se había sembrado el ideario martiano en su paso y tal cual mambisa con la mirada fija en el triunfo, cercano, definitivo, desde México, lugar de exilio, vio partir a sus compañeros en el Yate Granma. La hora final de la opresión había llegado y era ella partícipe del supremo suceso
De su pasión y entereza en la construcción de la obra nueva mucho se puede hablar; también de la mujer inmensa, amorosa, que con sencillez extrema exhibía las más importantes condecoraciones y títulos como el de Heroína del Moncada y Heroína de la República de Cuba.
Mujer distinguida en la historia de Cuba es Melba, quien se funde como verdadero paradigma de creación fértil en bien común.
En la noche del domingo 9 de marzo respiró por última vez, mas, su legado será fuente de inspiración para las más nuevas generaciones. Será evocada en presente porque la muerte no la apaga, la llama de su verbo pulcro, enérgico se hace eterna e ilumina desde sitio solemne a cubanas y cubanos.
Su presencia alegre al lado de pioneras y pioneros, que en cada 28 de julio le regalaban la mejor de las celebraciones en gesto de gratitud sincera, será la prueba de que entre viejos y nuevos se inmortaliza el ejemplo de una de las más genuinas cubanas de todos los tiempos.
Melba es y será por siempre mujer de tierno y firme andar.
Melba Hernández Rodríguez del Rey. Desde 1952 integró las filas del
movimiento revolucionario. Heroína del Moncada, participó junto a Haydée
Santamaría en el ataque al Cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953, año
en que se cumplía precisamente el centenario del nacimiento del Héroe
Nacional de Cuba, José Martí. Fue detenida y sancionada a cumplir
prisión. En México participó en los preparativos de la expedición del
Granma y despidió a los combatientes en el puerto de Tuxpan. Regresó a
Cuba y se incorporó al III Frente del Ejército Rebelde. Fundadora del
Comité Cubano de Solidaridad con Vietnam y
Desde la prisión continuó la lucha, cuentan que nunca hubo un lamento, al contrario vigorizaba en ella el sentimiento patrio. Ya se había sembrado el ideario martiano en su paso y tal cual mambisa con la mirada fija en el triunfo, cercano, definitivo, desde México, lugar de exilio, vio partir a sus compañeros en el Yate Granma. La hora final de la opresión había llegado y era ella partícipe del supremo suceso
De su pasión y entereza en la construcción de la obra nueva mucho se puede hablar; también de la mujer inmensa, amorosa, que con sencillez extrema exhibía las más importantes condecoraciones y títulos como el de Heroína del Moncada y Heroína de la República de Cuba.
Mujer distinguida en la historia de Cuba es Melba, quien se funde como verdadero paradigma de creación fértil en bien común.
En la noche del domingo 9 de marzo respiró por última vez, mas, su legado será fuente de inspiración para las más nuevas generaciones. Será evocada en presente porque la muerte no la apaga, la llama de su verbo pulcro, enérgico se hace eterna e ilumina desde sitio solemne a cubanas y cubanos.
Su presencia alegre al lado de pioneras y pioneros, que en cada 28 de julio le regalaban la mejor de las celebraciones en gesto de gratitud sincera, será la prueba de que entre viejos y nuevos se inmortaliza el ejemplo de una de las más genuinas cubanas de todos los tiempos.
Melba es y será por siempre mujer de tierno y firme andar.