Ha
sido ésta una jornada fructífera e intensa, fue la valoración colectiva
de varios escritores puertopadrenses pese a que en la primera etapa de
organización el instinto burocrático era contraer la jornada a solo
tres días. Pero el cúmulo de actividades era tal que ni siquiera los
siete días previstos fueron suficientes.
Desde el 19 de septiembre ya los jóvenes pertenecientes a la Asociación Hermanos Saíz (AHS) de Las Tunas tomaron por asalto a Puerto Padre,
La Villa Azul, para mostrar la continuidad de una manifestación que
tiene más de un siglo de publicaciones seriadas e individuales en el
territorio; desde que Fernando García Grave de Peralta
en 1901 comprara su imprenta de linotipo El renacimiento para abonar
simultáneamente el terreno del periodismo y la literatura.
La jornada literaria se dedicó en esta edición a homenajear a la escritora y repentista Liliana Rodríguez Peña, pese a su juventud, por merecer los más importantes lauros de repentismo como el Chanchito Pereira, el Justo Vega, y el del Campeonato Internacional de pie forzados dentro del Cubadisco 2014, además del premio iberoamericano Cucalambé de décima escrita con su libro Crepusculares.
La celebración contó con la presencia de ocho invitados, a pesar de las condiciones de hospedaje, muy limitadas. Lo cual habla de esa apuesta obstinada de confrontar con voces foráneas a sabiendas de su resultado a largo plazo, al menos para inquietar sobre otras maneras de asumir el hecho creativo. Los primeros conferencistas fueron los escritores Ronel González, José Luis Serrano y José Alberto Velázquez quienes disertaron sobre los rumbos de la narrativa y la poesía contemporáneas.
Los ponentes coincidieron en que en esta explosión por la modernidad en Cuba se legitiman modos y temas que no son nuevos y que no revelan la calidad de la literatura que se construye en la periferia del país, más fuerte y auténtica, debido entre otras razones a la débil gestión crítica y a que el sistema editorial cubano cuenta en más de un setenta por ciento con sistemas alternativos risográficos que no logran insertarse en el panorama editorial nacional de acuerdo a sus cubiertas poco atractivas y a sus discretas tiradas. Por otra parte señalaron la situación de los concursos que prefijan tendencias y establecen autores sobre todo en la urbe, lo que no permite una evaluación exacta de las nuevas voces que surgen en la isla.
La narración oral como arte milenario fue tópico al que se le dedicó todo un día. Los invitados fueron Fermín López Hernández y Luis Andrés Till Sanfield en la Biblioteca Pública de Puerto Padre, donde asistieron una treintena de interesados en el oficio de seducir multitudes.
Desde perspectivas diferentes los narradores orales, procedentes del teatro, significaron los modos de narrar historias y la manera eficaz de convertir los públicos en activos constructores de sus repertorios.
La jornada literaria se dedicó en esta edición a homenajear a la escritora y repentista Liliana Rodríguez Peña, pese a su juventud, por merecer los más importantes lauros de repentismo como el Chanchito Pereira, el Justo Vega, y el del Campeonato Internacional de pie forzados dentro del Cubadisco 2014, además del premio iberoamericano Cucalambé de décima escrita con su libro Crepusculares.
La celebración contó con la presencia de ocho invitados, a pesar de las condiciones de hospedaje, muy limitadas. Lo cual habla de esa apuesta obstinada de confrontar con voces foráneas a sabiendas de su resultado a largo plazo, al menos para inquietar sobre otras maneras de asumir el hecho creativo. Los primeros conferencistas fueron los escritores Ronel González, José Luis Serrano y José Alberto Velázquez quienes disertaron sobre los rumbos de la narrativa y la poesía contemporáneas.
Los ponentes coincidieron en que en esta explosión por la modernidad en Cuba se legitiman modos y temas que no son nuevos y que no revelan la calidad de la literatura que se construye en la periferia del país, más fuerte y auténtica, debido entre otras razones a la débil gestión crítica y a que el sistema editorial cubano cuenta en más de un setenta por ciento con sistemas alternativos risográficos que no logran insertarse en el panorama editorial nacional de acuerdo a sus cubiertas poco atractivas y a sus discretas tiradas. Por otra parte señalaron la situación de los concursos que prefijan tendencias y establecen autores sobre todo en la urbe, lo que no permite una evaluación exacta de las nuevas voces que surgen en la isla.
La narración oral como arte milenario fue tópico al que se le dedicó todo un día. Los invitados fueron Fermín López Hernández y Luis Andrés Till Sanfield en la Biblioteca Pública de Puerto Padre, donde asistieron una treintena de interesados en el oficio de seducir multitudes.
Desde perspectivas diferentes los narradores orales, procedentes del teatro, significaron los modos de narrar historias y la manera eficaz de convertir los públicos en activos constructores de sus repertorios.
Testimonio en paralelo de fermín López Hernández y Luís Andrés Tíll:
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El cierre de la jornada de la literatura puertopadrense coincidió con el Día iberoamericano de la Décima de acuerdo al nacimiento de Jesús Orta Ruiz, el indio Naborí que cumpliría 93 años, espacio de homenaje también a Luis Rodríguez Almaguer, el Chino Velazqueño, él más importante repentista de Puerto Padre que promovió durante 52 años la décima en la emisora Radio Libertad y espacios informales y al que Naborí llamó la grabadora humana por su facilidad para recordar décimas de una enorme cantidad de homólogos.
Controversia entre Luís Rodríguez Almaguer y Róger Martínez:
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Un
conversatorio sobre estas dos figuras fue el preludio del día. El
aporte de las nuevas generaciones de repentistas fue el sello que
caracterizó el segundo encuentro Luis Rodríguez Almaguer en el que se
alzó con el primer lauro el holguinero Isidro Roche. El repentista de
Chaparra Guillermo Rodríguez, hijo, se ubicó en el segundo puesto de la
competencia que incluyó la modalidad de los sintagmas que son temas para
construir las espinelas además del tradicional pie forzado. Por
puntuación el jurado que conformaron los escritores Renael González,
Liliana Rodríguez Peña y el tunero Juan Manuel Herrera otorgaron el
tercer lugar del encuentro regional Luis Rodríguez Almaguer, al poeta
Norge Batista Labrada.
La jornada de la literatura del 23 al 30 de septiembre contó también con extensiones a centro laborales, de estudio y comunidades de Puerto Padre, lo que ayudó a llegarle a un mayor público interesado en el desarrollo de las letras de este municipio tunero.
La jornada de la literatura del 23 al 30 de septiembre contó también con extensiones a centro laborales, de estudio y comunidades de Puerto Padre, lo que ayudó a llegarle a un mayor público interesado en el desarrollo de las letras de este municipio tunero.