La ley es surgimiento de control. Aparece como necesidad de regular conductas humanas. Existe para castigo, que llega hasta privar libertades libre de ensañamientos mezquinos.
Una vez en la cárcel, el hombre queda encerrado consciente o no, con el error a rectificar. Pero cuando se le lleva a prisión sin error probado y solo va con su verdad irrefutable, se altera lo justo y nace la crítica impresionante de los viriles.
Aunque serenen miles de voces en todas partes, millones continuarán de demanda en demanda por el reajuste de lo legal, porque es manifestación de lo digno sobre el silencio cómplice.
En ese hacer prudente andan el pueblo cubano y amigos del mundo. Hace más de una década se pide erradicar la excarcelación ilícita a René, Fernando, Antonio, Ramón y Gerardo, presos en cárceles de Estados Unidos por cumplir el deber de luchar contra el terrorismo contra Cuba.
Ahora en octubre René salió de prisión, simplemente, está fuera de las rejas, pero no libre; pues tiene prohibido regresar a su país y deberá cumplir otros tres años en Miami con liberación supervisada.
Contra ellos no existen pruebas de que son espías del gobierno cubano ni que ponían en peligro la seguridad estadounidense, argumentos falsos utilizados en la acusación para privarlos de libertad y crear un ambiente negativo, bajo entera organización de la Casa Blanca a la que respondieron fiscalía, tribunal, periodistas pagados y gente de chisme.
Muchas personas en el mundo hablan con sentimiento a favor del Caso de los Cinco, pues entienden la profunda injusticia que se ha cometido contra estos nobles y valientes cubanos.
Políticos, Premios Nobeles, cantantes, escritores, actores de cine, periodistas tratan en discursos y documentos de sensibilizar al presidente Barack Obama para que haga uso de sus facultades y los deje en libertad. Porque lo que si está probado es que son verdaderos luchadores contra el terrorismo. Concederles la libertad sería lo moral.
Un insignificante grupo de ricos apegados a la guerra atemoriza hoy a la gente del planeta. El terrorismo es su método; restablecer el esclavismo, el fin; maquinado ya desde las grandes contradicciones políticas y económicas que dieron origen a la Primera Guerra Mundial en 1914. Aquel año Alemania dio a entender su interés de dominar el universo.
Varias años antes de su detención en 1998, René González, Fernando González, Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Gerardo Hernández penetraron las bandas terroristas asentadas en territorio estadounidense. Tenían la misión de informar al gobierno cubano sobre planes de terrorismo contra la Isla.
Quizá en ese momento, no estuviera tan clara como hoy la idea del retorno a la sociedad de esclavistas y esclavos a través de la violencia, el mismo procedimiento que se utilizaba para gobernar en aquella formación socio-económica.
Nada más claro que la oportunista integración de las potencias imperialistas. Mediante la fuerza realizan cambios de gobiernos no alineados a sus políticas de saqueo y dominación.
Los pueblos de Afganistán, Irak, Libia, son resultados recientes. Ahora corren peligros de ser destruidas por las bombas de la OTAN, primero que otras naciones, Siria, Irán y República Democrática de Corea.
Sobre estos pueblos se levanta hoy la inmoralidad de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania y demás partes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN.
En realidad, angustia vivir en la pasividad mundial; cuando un simple 1% intenta encadenar la verdad del 99% de los habitantes de la Tierra, con sus poderosos medios de comunicación social; ensamblan alas a la mentira y la echan a volar.
Contra este otro método antihumano de gobernar, los Cinco andaban de hermanos, con avisos a tiempo por el bienestar de la humanidad. Entonces ha de emplearse esa fuerza mayor para desencadenar la verdad y que se haga justicia.